Mohamed VI excluye a su primo de la foto de la familia real marroquí
El Pais, Madrid, España
El príncipe Mulay Ismael, primo hermano del rey Mohamed VI, se casó el pasado fin de semana y la Casa Real marroquí sólo difundió dos fotos de la celebración. En Marruecos la diferencia entre ambas, y el mensaje implícito que conlleva, ha sido la comidilla de la semana en la prensa y en la calle.
En la otra foto, publicada más grande por los diarios oficialistas, se ve a toda la familia real, con el rey y su hijo Hassan colocados entre los novios, pero no a Mulay Hicham y a su esposa que han sido excluidos de la instantánea, según testigos presenciales. El hermano mayor del novio tampoco fue invitado a la fiesta restringida que el monarca ofreció el viernes 25 por la noche en el palacio real. Sí asistió, en cambio, a otra celebración más amplia al día siguiente.
Desde que fue entronizado, en 1999, Mohamed VI se ha llevado siempre mal con el mayor de sus primos hermanos, pero nunca lo había escenificado de esta manera. Apodado el "príncipe rojo", Mulay Hicham es un intelectual que se suele lamentar, en artículos en la prensa y en conferencias que ha pronunciado, de que la democracia "no acaba de llegar a Marruecos". En 2002 optó por exiliarse en Estados Unidos.
La prensa oficialista marroquí ha omitido comentar el mensaje implícito que transmiten esas dos fotos, pero diarios y semanarios independientes no se privan de hacerlo. "Es difícil no interpretar su difusión como la confirmación de la caída en desgracia de Mulay Hicham", resalta en su editorial el semanario "Le Journal" que se pondrá a la venta hoy por la tarde.
El periodista Khalid Jamai describe lo sucedido como una "discriminación fotográfica" en su columna publicada en el diario "Akhbar al Youm" justo antes de que fuese cerrado por el Ministerio del Interior, a principios de semana, por colocar en portada una caricatura del príncipe Mulay Ismael. Y a continuación, dirigiéndose al soberano, Jamai cita un refrán marroquí: "La enemistad puede ser perpetua, pero la educación debe ser eterna". "¿No tiene el rey el deber de ser ejemplar?", concluye preguntándose Le Journal en su editorial.