Moscú pide explicaciones a EEUU por escándalo de presuntos espías rusos
AFP, Agence France-Presse
MOSCÚ, Antoine Lambroschini, (AFP) - Rusia pidió explicaciones este martes a Washington por el desmantelamiento en Estados Unidos de una rocambolesca red de presuntos espías rusos, un caso embarazoso en plena reactivación de las relaciones bilaterales que Moscú considera "infundado" y "malintencionado".
Dmitri Medvedev y Barak Obama
Cinco de las diez personas detenidas el domingo en Estados Unidos comparecieron el lunes en Nueva York ante un juez federal que ordenó que permanezcan en detención preventiva. Una persona está prófuga.
Dicen ser estadounidenses, canadienses o peruanos, según las dos querellas interpuestas contra ellas y en las que no se precisa su nacionalidad.
Entre ellos figura Juan Lázaro, al parecer un peruano nacido en Uruguay, y su esposa, que dice llamarse Vicki Peláez, una peruana nacionalizada norteamericana.
El martes, la cancillería rusa estimó que las detenciones "no están en absoluto fundadas y son malintencionadas". "No entendemos las causas que llevaron al ministerio estadounidense de Justicia a hacer declaraciones públicas con tintes de 'historia de espías' del tiempo de la Guerra Fría", agregó.
Un poco antes, un portavoz del ministerio ya había considerado que hay "muchas contradicciones" en las informaciones sobre la detención de los diez presuntos agentes del SVR, el Servicio Ruso de Inteligencia Exterior.
Están acusados de actuar como agentes de un gobierno extranjero, lo que conlleva una pena máxima de cinco años de prisión. Además nueve de ellos están inculpados por conspirar para blanquear dinero, cargo por el que se puede pedir una pena máxima de 20 años de cárcel.
Lavrov comentó con ironía la fecha del anuncio de la detención, pocos días después de una visita a Estados Unidos del presidente ruso Dimitri Medvedev, que intenta reactivar con su homólogo estadounidense Barack Obama las relaciones ruso-estadounidenses.
"El momento en el que se hizo fue elegido con especial delicadeza", destacó.
La semana pasada, Medvedev y Obama se habían esmerado en dar una buena imagen. Se les veía distendidos y, por momentos, cómplices. Comieron juntos hamburguesas ante las cámaras de televisión en un restaurante cercano a Washington.
El SVR, en primera fila de los acusados según las autoridades estadounidenses, no quiso hacer comentarios.
El Kremlin tampoco quiso pronunciarse y estima que el jefe del Estado es el único habilitado para hacerlo.
"Si Dimitri Anatolevich (Medvedev) considera necesario decir algo, el único comentario que habrá será el suyo", afirmó un portavoz de la presidencia rusa a la AFP.
Según la justicia estadounidense, los sospechosos fueron formados por el SVR para "obtener informaciones" "infiltrándose en los círculos políticos norteamericanos". El desmantelamiento de la red es el resultado de diez años de investigaciones del FBI.
Los investigadores descubrieron un arsenal de medios de comunicación, como una técnica de codificación de datos en fotografías colgadas en páginas web anodinas, o radios de onda corta para contactar directamente con Moscú.
El caso reúne todos los elementos de una novela de espionaje: mensajes codificados, dinero en efectivo entregado por emisarios rusos durante estadías en países latinoamericanos, idas y venidas a Moscú a través de Roma, pasaportes falsos, transporte y entrega de ordenadores portátiles...
El SVR es sucesor del KGB, el servicio de inteligencia de la Unión Soviética, para el que trabajó el primer ministro ruso Vladimir Putin.
Desde la caída de la URSS, el contraespionaje y la inteligencia interior corren a cargo del Servicio Federal de Seguridad (FSB), dirigido por Putin desde 1998 a 1999.
Putin se reunirá el martes en Moscú con el ex presidente estadounidense Bill Clinton, pero no abordarán el caso de espionaje, según el portavoz del primer ministro, Dimitri Peskov, citado por Ria Novosti.