Multitudinarios funerales en Bahréin para enterrar a cuatro manifestantes muertos

AFP (Agencia France-Presse)

MANAMA, Taieb Mahjub, (AFP) - Miles de manifestantes expresaron el viernes su cólera durante los funerales en varias ciudades de Bahréin de cuatro víctimas de la represión policial de una manifestación antigubernamental en Manama.

En Sitra, un pueblo chiita cercano a Manama, fueron enterradas por la mañana Ali Jodeir, de 53 años, y Mahmud Meki, de 23 años, envueltos con la bandera nacional, fallecidos el jueves en el ataque contra un campamento opositor en la plaza de la Perla de la capital.
"¡Ni chiitas, ni sunitas. Unidad nacional" o "¡Sunitas y chiitas son hermanos!", gritaban los asistentes a los funerales, según varios testigos.
Otros iban más allá y gritaban "El pueblo quiere la caída del régimen" o "Los privilegios son para las fuerzas antidisturbios y el pueblo recibe las balas", dos de los lemas de las protestas que empezaron el lunes.
Otro chiita, Ali Ahmed Mumen, de 22 años, fue inhumado también en Sitra un poco más tarde, en una procesión en la que un activista, Abdelwahab Husein, aseguró que la represión era "la prueba del hundimiento del régimen".
Munen, cuyo cuerpo estaba cubierto de heridas, murió en el hospital después de haber salido de su casa para auxiliar a los heridos, según su padre, que dijo desconocer las circunstancias exactas del incidente.
"Señor Ecclestone, ¿usted cree que nuestras vidas pueden ser sacrificadas en nombre de la Fórmula 1?", decía otra pancarta, en referencia al británico Bernie Ecclestone, máximo responsable de la Fórmula 1, cuya temporada 2011 arranca el 13 de marzo en el circuito de Sajir, en Bahréin.
"No me manifiesto porque tengo hambre sino por la dignidad y para compartir el poder con los Al Jalifa", la familia real, explicó por su parte Ali Abdel Jabar Hasan, otro participante en los funerales.
Bahréin, un pequeño archipiélago del noroeste del Golfo, está gobernado por la dinastía sunita de los Al Jalifa, pero su población es mayoritariamente chiita (otra rama del islam) y se siente discriminada en materia de desempleo, de vivienda y de acceso a los servicios públicos.
Otro víctima de la represión, Isa Abdel Mphsen, de 60 años, fue enterrada en Jarzajan, en el centro de la isla principal del país.
Simultáneamente, centenares de personas desfilaron a favor del régimen tras la plegaria del viernes en el centro de Manama, sin provocar incidentes y enarbolando banderas nacionales.
La capital estaba bajo vigilancia de tanques y vehículos blindados.
Por el momento las autoridades sólo confirmaron tres muertes, que se añaden a los dos víctimas del lunes y el martes, cuando empezó el movimiento de protesta.
Por respeto a los "mártires" de la represión, la oposición aplazó hasta el martes una marcha convocada para el sábado, indicó el jeque Ali Salman, jefe del movimiento chiita Al Wefaq.
Bahréin es importante desde un punto de vista estratégico para Estados unidos, que tiene allí la base de Quinta flota, encargada de custodiar las rutas marítimas por donde pasan los petroleros y de apoyar las operaciones en Afganistán y enfrentar una posible amenaza de Irán.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que teme una escalada de violencia, dijo el jueves que se oponía "al uso de la fuerza por parte del gobierno" de Bahréin.
El secretario estadounidense de Defensa, Robert Gates, habló por teléfono con el príncipe heredero, Salman ben Hamad Al Jalifa, sobre la "situación de la seguridad" del país.
Las autoridades de Bahréin recibieron el apoyo incondicional de las demás monarquías del Golfo, preocupadas por esta extensión de la agitación que desde enero derrocó a los presidentes de Túnez y Egipto.
Bahréin, con sus reservas de crudo prácticamente agotadas, es la más pobre de monarquías petroleras del Golfo.
Entre 1994 y 1999, los chiitas protagonizaron varios incidentes violentos en los que murieron 40 personas.


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