Murió preso el exdictador argentino Jorge Videla a los 87 años
AFP (Agencia France-Presse)
BUENOS AIRES. - El exdictador argentino Jorge Videla, sobre quien pesaban dos condenas a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad durante el gobierno de facto (1976/83), murió este viernes a los 87 años en una cárcel de la periferia de Buenos Aires.
Jorge Videla-izquierda-y Augusto Pinochet
El exdictador fue el primer gobernante de facto del régimen, entre 1976 y 1981, cuando fueron secuestrados y desaparecidos la gran mayoría de los 30.000 opositores, según organismos humanitarios, mientras unos 500 niños fueron robados a sus padres que se encontraban en cautiverio.
El juez federal de la localidad Morón, Juan Pablo Salas, con jurisdicción en el penal donde falleció Videla, dispuso que le sea practicada una autopsia al cuerpo del exdictador en la Morgue Judicial de Buenos Aires.
"Si bien todo hace indicar que se trató de una muerte natural, se ordenó la autopsia como un trámite de rigor y para despejar cualquier tipo de dudas", dijo una fuente judicial.
Políticos, dirigentes de organizaciones humanitarias y víctimas coincidieron en resaltar que el exgobernante de facto haya muerto en prisión condenado con las penas máximas por violación a los derechos humanos, aunque lamentaron que se haya negado siempre a dar información sobre los desaparecidos.
"Esta muerte trae a la memoria una etapa espantosa de nuestro país, una etapa de dolor y muerte por el genocidio de la última dictadura militar", declaró el vicepresidente argentino Amado Boudou al término de un acto en el Senado en el que se homenajeó al expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva.
El secretario de Derechos Humanos argentino, Martín Fresneda afirmó que "es importante que haya muerto de muerte natural y en una cárcel común".
"Hubo justicia, no hubo venganza y se va como una persona que fue responsable de los principales horrores que vivió el pueblo argentino", dijo el funcionario.
Por su parte, la presidenta de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, dijo a Radio Continental que "me quedo un poco tranquila de que un ser despreciable ha dejado este mundo".
"La historia seguramente considerará el genocidio que sufrieron los argentinos, el oprobio de la dictadura civico-militar que encabezó (Videla) y de la que no se arrepintió, de la que hizo declaraciones tardías para reivindicar todos sus delitos", agregó.
En tanto, el Premio Nobel de la Paz (1980), Adolfo Pérez Esquivel, dijo que Videla "nunca se arrepintió de los crímenes y se lleva mucha información" aunque señaló que "los militares guardan todo y eso algún día va a salir a la luz".
De su lado, Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo, de la Línea Fundadora, señaló que "desde mi sentimiento no festejo la muerte" y agregó que dictadores como Videla "se mueren y se van con los secretos más importantes de la historia".
Además de tener dos condenas a prisión perpetua, Videla fue sentenciado a 50 años como responsable de un plan por el robo de bebés en la dictadura.
Unos 500 niños fueron robados por militares, policías o allegados durante el régimen, según Abuelas de Plaza de Mayo, cuya labor ha permitido que 108 de ellos hayan recuperado su verdadera identidad.
El exgeneral fue destituido de su cargo militar por la justicia civil, a la que nunca reconoció, como ocurrió en su última aparición pública el martes pasado ante un tribunal.
"Como lo hiciera antes, quiero manifestar que este tribunal carece de competencia y jurisdicción para juzgarme por los casos protagonizados por el ejército en la lucha antisubversiva", dijo Videla en el juicio en el que estaba acusado por su responsabilidad en el Plan Cóndor, de coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur.
"Pese a su fallecimiento, este juicio proseguirá en relación a los demás imputados. Se extingue la acción penal contra Videla por muerte, pero continúa con el resto de los acusados", dijo a la AFP Miguel Osorio, fiscal que investiga los delitos en el marco del Plan Cóndor.
Tras la muerte de Videla, entre los jefes dictatoriales sólo queda en vida Reynaldo Bignone, quien fue el último presidente de facto antes del retorno a la democracia y la asunción presidencial de Ricardo Alfonsín (1983/89) en diciembre de 1983.
En el libro "Disposición Final", aparecido en 2012, Videla admitió por primera vez que el régimen hizo desaparecer a "siete mil u ocho mil personas" para evitar protestas dentro y fuera del país.
"Pongamos que eran siete mil u ocho mil las personas que debían morir para ganar la guerra contra la subversión", dijo Videla al periodista Ceferino Reato, quien lo entrevistó durante veinte horas entre octubre de 2011 y marzo de 2012.
Los organismos humanitarios señalaron que fueron 30.000 los desaparecidos en la dictadura, la mayoría de ellos llevados a alrededor de medio millar de centros de torturas y exterminio clandestinos distribuidos en todo el país.
Videla había sido condenado a prisión perpetua junto al jerarca de la Marina Emilio Massera, en el histórico Juicio a las Juntas de 1985 que tuvo en el banquillo a integrantes de tres de las cuatro juntas militares que gobernaron Argentina entre 1976 Y 1983.
Fue indultado en 1990 por el expresidente Carlos Menem (1989/99) y volvió a ser detenido en 1998 con prisión domiciliaria por una causa por robo de bebes, y en 2010 la Corte Suprema de Justicia dejó en firme la nulidad de los indultos.
El exdictador fue llevado a una cárcel dentro de un cuartel militar hasta que finalmente, en 2008, fue trasladado a la cárcel común de Marcos Paz, donde están detenidos los condenados por crímenes de lesa humanidad.