Musharraf vuelve a Pakistán tras más de 4 años de exilio pese a amenazas de talibanes
AFP (Agencia France-Presse)
KARACHI. - El ex presidente paquistaní Pervez Musharraf regresó este domingo a Pakistán después de más de cuatro años de exilio y en un ambiente de fuerte tensión, pues los insurgentes talibanes amenazaron con asesinarlo cuando volviera.
Pervez Musharraf, a su llegada a Pakistán
El avión que transportaba al ex mandatario, que partió de Dubai el domingo por la mañana, llegó a Karachi poco antes de las 13H00 (08H00 GMT), constató un periodista de la AFP que iba a bordo del aparato.
El ex presidente, vestido con una larga camisa tradicional blanca, llegó acompañado por varias decenas de sus partidarios que no dejaron de gritar "¡larga vida a Musharraf!" durante todo ese vuelo regular.
Muchos de ellos partieron de Londres, donde el ex presidente pasó la mayor parte de su exilio, como Hasan Askari, de 28 años, quien aseguró a la AFP que "Pervez Musharraf (llevará) la estabilidad" a Pakistán.
Musharraf, de 69 años, no ocultó su placer, colgando instantáneamente en Twitter o Facebook fotos que lo mostraban durante el embarque, y luego sentado en el avión.
"No me siento nervioso, pero estoy preocupado por algunas incógnitas" vinculadas al "terrorismo", al "extremismo", a los "procedimientos judiciales" (que están vigentes en su contra) y a "las elecciones", declaró antes de subir al avión.
También declaró al semanario alemán Der Spiegel que tenía intenciones de "liberar" a Pakistán del terrorismo que lo afecta desde hace varios años.
La amenaza de un atentado persiste, lo que promete un regreso bajo fuerte tensión.
El sábado, el TTP, el principal movimiento rebelde talibán paquistaní, aliado a Al Qaida, anunció que había "preparado un comando de kamikazes especialmente para (matar a) Musharraf".
El ex mandatario tiene intenciones de congregar a sus partidarios hacia las 17H00 (12H00 GMT) en el aeropuerto de Karachi. Inicialmente quería hacerlo junto a la tumba del fundador de Pakistán, Mohamed Ali Jinnah, también en Karachi, antes de cambiar de idea debido a que las autoridades le negaron el permiso, preocupadas por las amenazas.
El TTP, que denuncia la alianza de Pakistán con Estados Unidos, iniciada por Musharraf después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, es considerado como el principal autor de la ola sin precedentes de atentados -en su mayor parte suicidas- que dejaron más de 5.700 muertos en todo Pakistán desde 2007.
Mientras era presidente, Musharraf sobrevivió a tres atentados lanzados en su contra por grupos islamistas, muy presentes en este gran país de 180 millones de habitantes, inestable y vecino de Afganistán.
Fue justamente en Karachi que la ex primera ministra Benazir Butho fue víctima del atentado más mortífero de la historia de de Pakistán, el 18 de octubre de 2007, cuando lideraba un gigantesco desfile de partidarios que celebraban su regreso al país después de ocho años de exilio. Ella sobrevivió, pero 139 personas murieron. Ese ataque fue reivindicado por el TTP.
Benazir Bhuto murió dos meses más tarde en un nuevo atentado suicida en Rawalpindi, en las afueras de Islamabad. Su Partido del Pueblo Pakistaní (PPP) ganó las legislativas dos meses después y progresivamente empujó a Musharraf hacia la salida antes de que el nuevo Parlamento eligiera a Asif Ali Zardari, el viudo de Bhutto, como presidente de Pakistán.
Musharraf, cuya gestión de las cuestiones civiles es menos criticada que la del gobierno que lo sucedió, considerado como corrupto y poco eficiente, se presenta como "una alternativa" a los partidos clásicos para las elecciones del 11 de mayo.
Sin embargo, su alianza con Estados Unidos después de 2001, que fue el comienzo de una década sangrienta, sigue siendo muy cuestionada, y muchos observadores consideran que ha perdido su base electoral y no está en condiciones de modificar los comicios.
Musharraf había anunciado varias veces su regreso al país, antes de cambiar de idea por temor a ser encarcelado a su llegada porque hay tres órdenes de arresto en su contra. La justicia paquistaní le garantizó el viernes que gozaría de libertad bajo fianza, permitiendo su retorno.