AFP (Agencia France-Presse)
KANO. - Las musulmanas de Kano, la mayor ciudad del norte de Nigeria, están dejando la vestimenta tradicional, una especie de hiyab largo, para evitar las sospechas tras la oleada de atentados suicidas cometidos por jóvenes que escondían explosivos bajo el velo.
En esta región conservadora del norte de Nigeria, antigua sede de estudios islámicos, es normal ver el hiyab largo, un velo que deja el rostro a la vista pero cubre cabellos, cuello y torso, y que las mujeres suelen combinar con vestidos que cubren su silueta.
Este hiyab se considera en Kano una señal de pudor en las mujeres cuando salen de casa o cuando ven a hombres que no son de su familia.
"Ya no llevo mi hiyab porque la gente ahora mira a todas las mujeres jóvenes con hiyab como si fueran posibles kamikazes, debido a los recientes incidentes", explica a la AFP Hajara Musa, una estudiante de estilismo de 17 años.
El mes pasado, al menos nueve personas murieron y decenas resultaron heridas en Kano en cuatro atentados suicidas cometidos por chicas jóvenes que habían escondido cinturones de explosivos bajo sus vestimentas tradicionales.
Los ataques no fueron reivindicados, pero se atribuyeron al grupo islamista Boko Haram.
Los atentados suicidas suscitaron desconfianza hacia las jóvenes musulmanas que llevan estas vestimentas, por lo que muchas decidieron cambiarlas.
"Ahora llevo un velo cuando salgo, hasta que los habitantes de la ciudad dejen de estar traumatizados por esta espantosa tendencia", añade Hajara Musa.
La estudiante afirma que le negaron la entrada en un centro comercial "debido a (su) hiyab", lo cual considera "muy preocupante".
Tras los atentados, uno de ellos en un centro comercial, se reforzaron las medidas de seguridad cerca de las zonas comerciales y los almacenes desplegaron más vigilantes en las entradas para controlar a los clientes con detectores de metales y revisar sus bolsos.
"Ya no llevo bolso, por las sospechas que provoca. Ahora llevo una cartera vaya adonde vaya", afirma Hafsat Yaya, otra habitante de Kano.
- Hombres asustados -
Según otro habitante de la ciudad, Bala Dawud, la desconfianza hacia las mujeres con hiyab se propaga entre los hombres.
"Yo me estremezco cuando estoy al lado de una chica con hiyab, porque podría ser una kamikaze", dice.
Bala Dawud cuenta que vio cómo una fila de gente que esperaba ante un cajero automático se dispersó cuando llegó una mujer en hiyab y preguntó si funcionaba.
"Cuando le dijimos que sí, sacó su teléfono móvil, llamó a alguien para decirle que había encontrado un cajero, y entonces todo el mundo se diseminó", explica.
Las mujeres que llevan niqab, que solo deja al descubierto los ojos, generan aún más desconfianza, considera otra residente, Samaila Abdussalam.
Una fuente cercana a la investigación de los atentados de Kano llamó la atención a la población sobre las "generalizaciones precipitadas".
"Según nuestras primeras conclusiones, todas las mujeres kamikazes tenían entre 14 y 16 años, lo que da una idea de la franja de edad" de las autoras de los atentados, indica.
"Creemos que los explosivos fueron activados a distancia, lo que supone que estas chicas actuaron bajo coacción", precisa la misma fuente, "por lo que la gente debería mostrarse alerta ante las jóvenes que parezcan nerviosas o alteradas en público".
El pasado 30 de julio, la policía del estado de Katsina, en el norte de Nigeria, detuvo a una niña de 10 años con explosivos adheridos al cuerpo.
A Boko Haram, que dice querer instaurar un Estado islámico en el norte del país, de mayoría musulmana, se le acusa de haber matado a más de 10.000 personas en Nigeria desde 2009.
El grupo secuestró el pasado mes de abril a 276 alumnas en el norte del país, de las que 219 siguen desaparecidas actualmente.