“Nadie quiere dejar su pueblo si tiene las condiciones básicas para una vida decente”

Diagonal, Madrid, España

Goran Paskaljevic es un hombre cercano y tranquilo. Tras su mirada clara y amable se esconde una persona comprometida con los problemas sociales de su entorno y un gran director de cine, el único que hasta el momento ha logrado ganar tres espigas de oro en la Seminci.

“Nadie quiere dejar su pueblo si tiene las condiciones básicas para una vida decente”

Enhorabuena por tu tercera Espiga de Oro. Gracias.

¿Estás trabajando ya en una nueva película? No, no del todo. Actualmente tengo algunas ideas revueltas poco desarrolladas y de momento no las he compartido. De cualquier manera creo que rodaré mi nueva película en Serbia, ya que está en un periodo de transición.

La Seminci ha cumplido su 54ª edición, ¿Qué opinión te merece este festival? La Seminci siempre ha sido mi festival favorito, incluso antes de ganar la Espiga de Oro por tercera vez. Este año la competición ha sido dura y el jurado, dirigido por Etore Scola, ha sido muy competente. Debido a un compromiso previo en Sao Paolo he tenido que abandonar el Festival antes de que terminara y hoy todavía estoy triste de no haber estado en Valladolid hasta el final de la Seminci.

¿Está afectando de alguna manera la situación de crisis mundial al cine español y al cine de autor? La crisis económica ha afectado a España quizá más que a otros países europeos; seguramente esto afecte al cine. En cuanto al cine de autor, estoy familiarizado con que haya cambios en las televisiones estatales que compran cada vez menos películas de autor, lo que está provocando una desestabilización de las distribuidoras. El cine español comparte destino con el cine europeo, que se dirige hacia un periodo crítico. Pese a ello, creo que en algunos momentos las audiencias se cansarán de historias artificiales y llegará el turno del cine de autor.

En Honeymoons tratas el tema de la inmigración pero desde una óptica plenamente europea, donde los emigrantes salen de países no pertenecientes a la Unión para lograr llegar a otros que sí pertenecen. Esto te habrá llevado a reflexionar sobre las políticas de inmigración de los países europeos. Es perfectamente entendible que España, Italia, Francia y otros países desarrollados no quieran abrir sus largas puertas a aquellos que desean entrar. Pero el problema no puede ser resuelto con la fuerza; ése es el caso de Italia, con la política xenófoba de Berlusconi. ¿No sucedió hace sólo cien años que los italianos inundaron América en busca de una vida mejor? Hoy Europa es lo que fue América para los inmigrantes. Tiene que haber esfuerzos para integrar a los inmigrantes y que no sólo se dediquen a trabajos de la economía sumergida sin ningún derecho social ni laboral. Por otro lado es indispensable ayudar a los países de origen. Nadie quiere dejar su pueblo si tiene las condiciones básicas para una vida decente.

¿Volverás a la Seminci? He dicho muchas veces que en Valladolid me siento como en casa y ¡a todo el mundo le encanta volver a casa!



Nuevo comentario: