Nigeria corona a un rey del "siglo XXI"

AFP (Agencia France-Presse)

Ciudad de Benín, Nigeria. - Poco antes de la medianoche del jueves, una tromba de agua acompañada de relámpagos se abatió sobre la Ciudad de Benín, en el sur de Nigeria, como una señal de los dioses anunciando la coronación del 34 monarca del reino de Benín.

Por la mañana, unas 100.000 personas habían llegado de todo el reino para ver al nuevo "Oba" (rey en lengua yoruba), Ewuare II.

El reino de Benín es uno de los más antiguos de África. Desde el siglo XII hasta su "invasión" por los británicos, el  "Oba" controlaba un territorio inmenso. Hoy en día el título es teóricamente honorífico, pero su influencia y su aura mueven masas.

 

- Cortes y juglares -

 
Apiñados detrás de las barreras policiales, teléfono móvil en mano, Christian Iyekekpolor y sus amigos buscan con la mirada a los VIP. "Desde aquí podré ver a mi rey",  explica este joven diplomado de la universidad de Ciudad de Benín. "Es como un Dios para nosotros".
A su lado, Rickson Ogwu vino del estado del Delta. En 1979, cuando fue coronado el padre del "Oba", Ogwu tenía 12 años y no pudo asistir. "Esto sólo se ve una vez en la vida", afirma el comerciante. "Estoy orgulloso de perpetuar la tradición de mi pueblo".
Sobre la alfombra roja por la que se va a una carpa gigantesca desfilan los jefes tradicionales de todo Nigeria, seguidos de su corte.
Los sultanes del Norte están abrigados con prendas drapeadas con las que envuelven cara y cuello. Los príncipes binis (etnia de Ciudad de Benín) caminan a su lado, desnudos de cintura para arriba, con largos collares de coral anaranjado alrededor del cuello.
El juglar del rey Ife (Yoruba) se pasea con una piel de leopardo, mientras que la corte de los emires se instala en una gran carpa y reza a Alá sobre el césped sintético.
El príncipe Burns Effiom de Calabar (sudeste) es, en su otra faceta, pintor en Nueva York (Estados Unidos). Viste gafas redondas de estilo hippie y perlas en el torso. "Los políticos utilizan a los líderes tradicionales para mantener la paz", explica. 
 

- Un rey 'moderno' -

 
Con más de seis horas de retraso, los invitados entran en una gran carpa con aire acondicionado, iluminada con lámparas multicolores.
El vicepresidente Yemi Osinbajo y Aliko Dangote, el hombre más rico de África, se encuentran en primera fila, al lado de los grandes líderes tradicionales nigerianos, delegaciones de embajadores extranjeros y miembros de la realeza europeos.
Nigeria, que cuenta con 170 millones de habitantes, está dividida entre el norte musulmán y el sur cristiano, así como entre los partidarios del partido en el poder  (APC) y de la oposición (PDP). Pero el jueves reinaba la paz.
Los jefes tradicionales menos influyentes se dejan a veces influir por la política a cambio de contratos suculentos, pero los cuatro principales (emir de Kano, oba de Benín, sultán de Sokoto y oni de Ife) lo evitan.
Los políticos intentan granjearse su simpatía por su enorme influencia en la vida de millones de nigerianos.
"Acojan, respetables visitantes, al rey del siglo XXI", dice la maestra de ceremonias mientras Oba Ewuare entra ataviado con una armadura milenaria de color coral, rodeado por decenas de jefes y de príncipes, con el torso desnudo y pantalón blanco.
Este exembajador de Nigeria, el hombre elegido por los dioses, según sus súbditos, es diplomado por prestigiosos centros británicos y estadounidenses y se propone impulsar la economía en su reino. 
"Con la ayuda internacional y de socios del sector privado, salvaremos nuestra herencia", dice. Promete desarrollar el arte del bronce, símbolo del reino. "Espero atraer a los turistas -promete- y contribuir al desarrollo de la industria agrícola".
"¡Ise!" ("¡Larga vida al rey!"), grita Eric Ojo, un empresario de 35 años. "Me siento feliz. Lo ha enviado Dios, pero es un rey con los pies en la tierra".


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