No debe retornar la violencia en Bolivia

Jornada, Bolivia

La compulsa de ideas y posiciones, dentro de los marcos del respeto y la consideración, es el mejor ingrediente que puede tener la democracia para su desarrollo y profundización, sin confrontaciones violentas y menos insultos o agresiones, ya sean éstas verbales o físicas.

La compulsa de ideas y posiciones, dentro de los marcos del respeto y la consideración, es el mejor ingrediente que puede tener la democracia para su desarrollo y profundización, sin confrontaciones violentas y menos insultos o agresiones, ya sean éstas verbales o físicas.
Ya hemos visto en tiempo pasado y también reciente, cómo se atenta contra las libertades de los ciudadanos, gracias a la intolerancia, a la ambición y a la soberbia, que hace que los gobernantes se sientan "reyes" e intocables y los gobernados, dueños de las calles y de la vida y hacienda de humildes pobladores. Este sábado, el Consejo Nacional de la Democracia (Conalde), ya famoso por su actuación en el transcurso de este año, retorna a la mesa, no de las negociaciones, sino para planificar acciones entre dirigentes cívicos y políticos de la denominada "media luna", que dejó de serla ante la fuerza que empleó y ante la fuerza de las circunstancias que creó. Sin duda alguna, el sistema democrático se fortalece cuando existe oposición, considerando que si un régimen lograra el control absoluto de los tres Poderes del Estado, la democracia empezaría a naufragar, para convertirse en autocracia. Pero esa oposición debe tener características constructivas, es decir que tiene la obligación de velar por el pueblo, para que éste no sea avasallado por el poder, como siempre ha ocurrido, mediante la elaboración de Leyes para frenar el abuso y otras medidas que obliguen a los circunstanciales inquilinos del Palacio de Gobierno para favorecer el bienestar de las mayorías. La oposición, cuando es destructiva y solamente dedica sus esfuerzos a desprestigiar a la administración central, con acciones violentas o con "chantajes", no consigue, generalmente, ese fin, sino que, más bien fortalece a los gobernantes, atentando, a la vez, contra el desarrollo y el progreso del país. Esperemos que los conaldistas, que dicen defender la democracia, actúen en consecuencia, dejando de planificar acciones que se encuentran fuera de la ley o queriendo reeditar ese "rosario trágico", de no hace mucho, que tanto daño ha hecho a nuestra Patria, dejando una estela de dolor en las familias de humildes campesinos que tuvieron que morir ante la bala asesina, por el hecho de pensar diferente de lo que piensan los dirigentes regionales. Sería una barbaridad si se trata de volver a esas horas, especialmente, luego de que se ha demostrado que esa clase de acciones vandálicas, no les reporta ningún prestigio popular, sino que, al contrario, ocasionaron el repudio de ciudadanos, no sólo de los agredidos en las regiones denominadas autonomistas, sino de todo el país. La lucha política, ahora debe centrarse en la propaganda y en el voto ciudadano en las urnas, tanto para el referéndum constitucional como en las elecciones generales programadas para fines del 2009.


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