Nuevo asesor de seguridad nacional de Trump, un respetado veterano de Irak
AFP (Agencia France-Presse)
Washington, Estados Unidos. - El general H.R. McMaster, nombrado el lunes asesor de seguridad nacional por Donald Trump, es un excombatiente de las guerras de Afganistán e Irak, donde se destacó como conductor de un carro de asalto durante la Guerra del Golfo.
Herbert Raymond "H.R." McMaster, de 54 años, es un especialista en contrainsurgencia y también conocido por una obra sobre la Guerra de Vietnam, "Dereliction of Duty" ("Negligencia en el cumplimiento del deber", 1997). Allí afirma que las decisiones tomadas sobre la base de información errada y la falta de involucramiento de los dirigentes políticos y militares condujeron al fracaso.
De ahora en más asesorará al presidente Trump sobre la estrategia estadounidense en Afganistán e Irak, dos conflictos en los que Estados Unidos está involucrado desde hace más tiempo del que estuvo en Vietnam.
H.R. McMaster, diplomado en la prestigiosa academia militar de West Point, parece totalmente en condiciones de realizar esta delicada tarea: asume sus funciones con un inmenso respeto en el Pentágono, del que no gozaba su predecesor, Michael Flynn, quien tuvo que renunciar apenas dos semanas después de ser designado tras demostrarse que le mintió al vicepresidente, Mike Pence, a propósito de sus vínculos con el embajador ruso en Washington.
Comparado con Flynn, H.R. McMaster es una verdadera estrella en el Departamento de Defensa debido a los servicios prestados y a su conocimiento empírico en materia militar.
Logró cierta notoriedad y ganó una medalla Silver Star en 1991 durante la Guerra del Golfo, cuando su unidad de nueve tanques, en minoría ante decenas de blindados de la Guardia Republicana iraquí, destrozó al adversario sin que los soldados estadounidenses y sus aliados británicos tuvieran ni una sola víctima durante la decisiva batalla conocida como "73 Eastings".
Trece años después de ese hecho, estaba de regreso en Irak, a la cabeza del 3er regimiento de caballería. Su trabajo entonces permitió establecer las bases del programa de contrainsurgencia del general David Petraeus, y ambos actuaron concertadamente cuando los estadounidenses enviaron miles de hombres más al país en 2007.
Entre esos dos períodos en los que estuvo en Irak, H.R. McMaster, nativo de Filadelfia, obtuvo un doctorado en historia norteamericana en la Universidad de Carolina del Norte, y tuvo funciones de formación cada vez más elevadas en el Ejército.
Todo esto contribuyó a que se convirtiera en un militar muy respetado, al igual que su colega James Mattis, elegido por Donald Trump como secretario de Defensa. Los dos generales se conocen desde los años 1990 y Mattis apoyó la designación de McMaster por la Casa Blanca.
"Los dos hombres mantienen una sólida relación de trabajo", destacó el martes Jeff Davis, portavoz del Pentágono.
El nuevo asesor de seguridad nacional "podría ser el prominente estratega militar del siglo XXI", dijo incluso el teniente general retirado Dave Barno en una semblanza dedicada a H.R. McMaster publicada en la revista Time en 2014.
"Es uno de los raros soldados que se alzó repetidamente contra el sistema y, a pesar de todo, logró subir todos los peldaños hasta las funciones más altas", agregó entonces Barno.
El cargo de asesor de seguridad nacional no carece de dificultades, y tras la renuncia de Flynn, varios militares de alta graduación rechazaron la posibilidad de reemplazarlo.
H.R. McMaster tendrá que ocuparse del involucramiento de Estados Unidos en los lodazales de Irak y Afganistán, conflictos muy impopulares en Estados Unidos, como el que criticó en su libro "Dereliction of Duty".
De ahora en más asesorará al presidente Trump sobre la estrategia estadounidense en Afganistán e Irak, dos conflictos en los que Estados Unidos está involucrado desde hace más tiempo del que estuvo en Vietnam.
H.R. McMaster, diplomado en la prestigiosa academia militar de West Point, parece totalmente en condiciones de realizar esta delicada tarea: asume sus funciones con un inmenso respeto en el Pentágono, del que no gozaba su predecesor, Michael Flynn, quien tuvo que renunciar apenas dos semanas después de ser designado tras demostrarse que le mintió al vicepresidente, Mike Pence, a propósito de sus vínculos con el embajador ruso en Washington.
- Héroe en Irak -
Comparado con Flynn, H.R. McMaster es una verdadera estrella en el Departamento de Defensa debido a los servicios prestados y a su conocimiento empírico en materia militar.
Logró cierta notoriedad y ganó una medalla Silver Star en 1991 durante la Guerra del Golfo, cuando su unidad de nueve tanques, en minoría ante decenas de blindados de la Guardia Republicana iraquí, destrozó al adversario sin que los soldados estadounidenses y sus aliados británicos tuvieran ni una sola víctima durante la decisiva batalla conocida como "73 Eastings".
Trece años después de ese hecho, estaba de regreso en Irak, a la cabeza del 3er regimiento de caballería. Su trabajo entonces permitió establecer las bases del programa de contrainsurgencia del general David Petraeus, y ambos actuaron concertadamente cuando los estadounidenses enviaron miles de hombres más al país en 2007.
Entre esos dos períodos en los que estuvo en Irak, H.R. McMaster, nativo de Filadelfia, obtuvo un doctorado en historia norteamericana en la Universidad de Carolina del Norte, y tuvo funciones de formación cada vez más elevadas en el Ejército.
Todo esto contribuyó a que se convirtiera en un militar muy respetado, al igual que su colega James Mattis, elegido por Donald Trump como secretario de Defensa. Los dos generales se conocen desde los años 1990 y Mattis apoyó la designación de McMaster por la Casa Blanca.
- "Estratega militar del siglo XXI" -
"Los dos hombres mantienen una sólida relación de trabajo", destacó el martes Jeff Davis, portavoz del Pentágono.
El nuevo asesor de seguridad nacional "podría ser el prominente estratega militar del siglo XXI", dijo incluso el teniente general retirado Dave Barno en una semblanza dedicada a H.R. McMaster publicada en la revista Time en 2014.
"Es uno de los raros soldados que se alzó repetidamente contra el sistema y, a pesar de todo, logró subir todos los peldaños hasta las funciones más altas", agregó entonces Barno.
El cargo de asesor de seguridad nacional no carece de dificultades, y tras la renuncia de Flynn, varios militares de alta graduación rechazaron la posibilidad de reemplazarlo.
H.R. McMaster tendrá que ocuparse del involucramiento de Estados Unidos en los lodazales de Irak y Afganistán, conflictos muy impopulares en Estados Unidos, como el que criticó en su libro "Dereliction of Duty".