Obama y mandatarios centroamericanos analizaron estrategia antidrogas
AFP (Agencia France-Presse)
SAN JOSE. - La sangrienta e interminable guerra contra el narcotráfico centró este viernes en Costa Rica la cumbre nocturna entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama y los mandatarios de los siete países centroamericanos y República Dominicana.
Barak Obama-izquierda-y la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla.
En el coqueto Teatro Nacional, los nueve jefes de Estado o gobierno compartieron una cena de dos horas con agenda abierta, donde se evocaron además los temas de cooperación económica y especialmente las migraciones, asunto clave para Centroamérica ya que cinco millones de sus ciudadanos habitan en Estados Unidos.
América Central es la zona sin conflicto bélico más violenta del planeta y por donde pasa el 90% de la cocaína que va de Sudamérica a Estados Unidos, principal consumidor mundial.
Obama, quien llegó procedente de México, fue recibido en el aeropuerto -conforme a la tradición en este país desmilitarizado- por un grupo de estudiantes, en la ocasión cuatro alumnos de secundaria patrocinados por el científico y astronauta costarricense Franklin Chang Diaz.
Luego Obama se dirigió a Casa Amarilla, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, para reunirse con la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, durante una hora, en la cual abordaron temas de cooperación económica, energías renovables y educación.
En el ingreso a la cancillería, Obama escapó una vez más al protocolo al detenerse para ser fotografiado con una veintena de escolares de primaria que oficiaban de guardia de honor.
Cansados de poner los muertos
Obama, en conferencia de prensa, definió como "muy importante asegurarnos que nuestras relaciones regionales no se definan solamente por este problema. Yo no quiero que nos obnubilemos con los narcotraficantes".
Se debe abordar la lucha contra el crimen organizado "desde un enfoque más integral y diverso" y "no solamente a través de los instrumentos de la guerra", coincidió la anfitriona.
El crimen organizado ha disparado la tasa de homicidios en América Central a casi 40 por cada 100.000 habitantes, cinco veces la media mundial y con picos -como en Honduras- que duplican aquella aterradora tasa.
Los países del Sistema de Integración Centroamericano (SICA) --las siete naciones del istmo y República Dominicana-- reclaman a Estados Unidos un mayor compromiso que vaya más allá de operaciones conjuntas y conforme a su responsabilidad de principal consumidor en el floreciente negocio de la droga.
"Está claro que hay un tema fundamental que nos interesa a todos los centroamericanos, que es el combate a la pobreza (...) y eso crea las mejores condiciones para combatir el narcotráfico", dijo el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, al llegar a San José.
"Necesitamos apoyo decidido del gobierno de Estados Unidos para atacar el enemigo común del narcotráfico (...) los países de la región ponemos los muertos en una guerra que no empezamos", había advertido el presidente de Honduras, Porfirio Lobo.
El año pasado el presidente guatemalteco Otto Pérez había sorprendido al proponer la alternativa de despenalizar la droga, rechazada por Washington y por el resto de América Central, aunque todos acordaron buscar nuevas alternativas a la guerra frontal.
Obama volvió sobre ese tema hoy. "No creo que legalizar las drogas sea la respuesta. En cambio pienso en un enfoque global, no solamente represivo, que incluya educación, prevención y ayuda médica".
El gigantesco tráfico de armas desde Estados Unidos hacia el sur es otro reclamo permanente cuya validez Obama reconoce: "Sabemos que la mayoría de las armas utilizadas para cometer violencias aquí (...) provienen de Estados Unidos" dijo.
¡El sueño americano!
Pérez, Lobo y el salvadoreño Mauricio Funes habían anunciado su intención de poner además sobre la mesa la protección de los inmigrantes centroamericanos. "Llevaremos a la reunión con Obama (el tema de) la reforma migratoria integral", anunció el mandatario guatemalteco.
Obama reiteró su optimismo en conseguir la aprobación de la reforma migratoria este año. "Creo que este proyecto de ley de migración tiene la posibilidad de lograr un hito histórico", dijo.
El presidente ha señalado que la reforma "abrirá el camino a millones de indocumentados a ganar su ciudadanía" y evitará que "sean víctimas de abusos y explotación"
El tema es clave para la región. Cinco millones de centroamericanos reside en Estados Unidos y cientos de miles de familias viven de las remesas, que en 2012 alcanzaron los 12.000 millones de dólares, equivalentes a 7% del Producto Interior Bruto (PIB) regional.
Entretanto en el Parque Central, cerca del teatro, varias decenas de personas se congregaron para protestar pacíficamente contra Obama.
"No, no queremos y no nos da la gana ser una colonia norteamericana", "Obama go home", "ni militares, ni petroleras, Obama fuera", eran algunas de las consignas gritadas.
Entre las protestas destacó una de dos docenas de activistas homosexuales que, enfrente del sitio de la cumbre coreaban "si se puede" en reclamo de que se les reconozcan sus derechos en América Central.
La ciudad, donde se declaró asueto administrativo estatal, fue un bunker este viernes, vigilado desde el cielo por tres helicópteros Black Hawk estadounidenses.
Más de un millar de policías, 180 agentes de inteligencia y 150 oficiales del tránsito, francotiradores apostados en techos y agentes estadounidenses, participan en el operativo de seguridad.
El responsable del operativo de Seguridad por parte costarricense, Mauricio Boraschi, había asegurado que "podemos dar respuesta inmediata ante cualquier amenaza".
Este sábado Obama mantendrá una reunión con líderes empresariales centroamericanos y a comienzos de la tarde (19h00 GMT) partirá hacia Washington.