"Soy más que feliz, porque lo único que pedía era ejercer mi derecho a estudiar, a formarme, no soy ningún bicho raro, soy una más, una alumna", dijo Takwa Rejeb por teléfono a la AFP este martes, poco antes de reanudar las clases.
SOS Racismo hizo público recientemente el caso de esta estudiante de 23 años, nacida en Valencia de padres tunecinos.
La asociación se oponía al hecho de que se impidiera a la joven acceder a las clases desde el inicio del curso, el 8 de septiembre, por llevar la cabeza cubierta con el hiyab.
Según un comunicado de la región de Valencia, gobernada por una coalición de izquierda, "la consejería de Educación ha garantizado el derecho a la enseñanza de la alumna, y podrá asistir con el hiyab a todas las clases del centro".
La dirección del instituto público de formación profesional Benlliure se negó por su lado a hacer comentarios.
El debate sobre el velo islámico está bastante limitado en España, un país de 46,5 millones de habitantes, entre los cuales el 4% es de confesión musulmana, y donde el velo es poco visible.
"Es una victoria para nosotros, en la línea del reconocimiento de las libertades constitucionales: libertad de expresión, derecho a la educación, derecho a la igualdad y libertad religiosa en tanto no atente al orden público", dijo a la AFP Francisco Solans, presidente regional de SOS Racismo.
Según Solans, el director del centro pidió a la estudiante que se plegara estrictamente al reglamento interno, que prohíbe a todos los alumnos asistir a clase con la cabeza cubierta.
Según él, SOS Racismo ya tuvo conocimiento de casos similares en otras regiones del país, que por lo general se resolvieron gracias a una mediación. 
En España no existe legislación específica sobre el velo islámico en los espacios públicos.