Occidente desconfía de la última oferta de Irán y le exige más
AFP, Agence France-Presse
Estados Unidos y sus aliados pidieron este miércoles actos, y no palabras, a Irán, en respuesta a su anuncio de aceptar canjear combustible nuclear enriquecido por uranio enriquecido. Sin embargo, el lanzamiento de un cohete por parte de Irán poco después del anuncio de su presidente, Mahmud Ahmadinejad, generó alarma y fue calificado por la Casa Blanca como un "provocación".
Consciente de que esta repentina decisión podía ser una estrategia para ganar tiempo ante nuevas sanciones a ser adoptadas en el próximo encuentro entre grandes potencias, el presidente estadounidense Barack Obama urgió a Irán a que se pusiera en contacto con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), que elaboró el acuerdo original con Irán.
"Si estos comentarios indican un cambio de postura por parte de Irán, entonces el presidente Ahmadinejad debería informar a la AIEA", señaló el portavoz adjunto de la Casa Blanca, Bill Burton.
El enriquecimiento de uranio está en el centro de un conflicto entre Irán y Occidente, que teme que Teherán, aduciendo la realización de un programa civil, busque producir uranio suficientemente enriquecido como para fabricar un arma nuclear. Irán siempre lo negó.
La AIEA propuso que Teherán enviara su uranio escasamente enriquecido a Francia y Rusia para ser transformado en combustible nuclear.
Irán, que en principio aprobó el acuerdo en negociaciones de Ginebra entre las grandes potencias en octubre pasado, luego lo rechazó y añadió que prefería un intercambio gradual de uranio escasamente enriquecido con combustible, preferentemente en suelo iraní.
Irán puso como plazo el 31 de enero para que las potencias (Gran Bretaña, China, Francia, Rusia, Estados Unidos y Alemania) respondieran a su contrapropuesta.
"Si Irán aceptara la propuesta de la AIEA, sería una señal positiva de su voluntad de entablar un diálogo con la comunidad internacional sobre asuntos nucleares", informó la Oficina de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña tras el aparente y repentino cambio de opinión de la República Islámica.
Por su parte, el portavoz del gobierno alemán Ulrich Wilhelm estimó: "Irán tiene que establecer compromisos concretos con la AIEA y dar una respuesta concreta".
Sin embargo, horas después de que Ahmadinejad señalara por televisión que Irán no tendría problema en enviar sus reservas de uranio escasamente enriquecido al exterior, el lanzamiento de un cohete espacial iraní enfrió los ánimos.
"Este anuncio sólo puede reforzar las preocupaciones de la comunidad internacional sabiendo que Irán, en paralelo, desarrolla un programa nuclear cuyos fines no son identificados", afirmó el ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner.
El lanzamiento el miércoles del cohete Kavoshgar 3 (Explorer) -un satélite de fabricación casera que lleva consigo ratas, tortugas y gusanos al espacio- es el primer experimento que realiza Irán en este tipo de tecnología espacial.
Occidente sospecha que Irán intenta secretamente fabricar una bomba nuclear y teme que use la tecnología utilizada en el lanzamiento de cohetes espaciales para desarrollar misiles de largo alcance que podrían contener ojivas nucleares.
El miércoles, el secretario estadounidense de Defensa, Robert Gates, declaró que Irán se exponía a "fuertes sanciones" por parte de Estados Unidos y otras grandes potencias debido a su programa nuclear.
El funcionario añadió ante legisladores que estas sanciones seguramente serían "impuestas en parte por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y en parte por Estados Unidos y los países que comparten su punto de vista".