Omán, preocupado por la prolongada ausencia del sultán Qabus

AFP (Agencia France-Presse)

Dubái, Emiratos Árabes Unidos. - La ausencia del sultán omaní Qabus, en el extranjero desde hace seis meses por motivos médicos, suscita preocupación sobre su sucesión y la estabilidad de este país de la península arábica, según diplomáticos.

El sultán, de 74 años, es jefe de Estado y primer ministro, y también asume el poder efectivo de los ministerios de Defensa, Interior, Relaciones Exteriores y Finanzas.

Qabus lleva 44 años al frente del país y no tiene un sucesor designado. "Concentra todos los poderes ejecutivos en sus manos; en su ausencia, el proceso de toma de decisiones está parado", explicó a la AFP un diplomático occidental en Mascate.

El soberano se fue el 9 de julio a Alemania para someterse a "pruebas médicas". Qabus, que según una fuente diplomática padece cáncer de colon, hizo una única intervención el 5 de noviembre en la televisión pública.

En una breve alocución anunció que no podría asistir al aniversario de su entronización, que se celebraba unos días después.

"Mediante este vídeo no fechado, el sultán quiso demostrar que sigue al frente del país, y continúa promulgando decretos desde su lugar de residencia en el extranjero", afirma el diplomático.

"Pero como no ha delegado prerrogativas, nadie puede tomar decisiones en su lugar", precisó otro.

El crecimiento económico del sultanato está alicaído y la situación podría agravarse aún más con el desplome de los precios del petróleo, que cayeron un 55% desde junio, y del que Omán obtiene el 79% de sus ingresos.

El gobierno adoptó un presupuesto para 2015 que prevé un déficit de 6.470 millones de dólares, o sea el 8% del PIB. Los gastos públicos ascienden a 68% y las inversiones al 23%.

País no miembro de la OPEP, Omán produjo casi un millón de barriles diarios (mbd) para una población de unos 4 millones de habitantes, entre ellos 1,8 millones de extranjeros, sobre todo asiáticos.

 

- Riesgo de inestabilidad -

 

"Pese a sus declaraciones tranquilizadoras que restan importancia al impacto de la caída de los ingresos petroleros, los responsables omaníes temen una desaceleración de las inversiones y, por consiguiente, la suspensión de los grandes proyectos de infraestructuras", explica el primer diplomático.

Cita sobre todo el proyecto de una zona franca en el puerto de Doqum, lanzado en 2008 por un coste de decenas de miles de millones de dólares y concebido para competir con Jebel Ali en Dubái.

La idea de imponer una tasa de 2% a las transferencias en divisas de los trabajadores extranjeros, que alcanzaron los 7.200 millones de dólares en 2013, según estimaciones no oficiales, ha quedado descartada.

Una acentuación de las dificultades económicas de los omaníes, junto con la incertidumbre sobre el estado de salud del sultán y su sucesión alimenta el debate sobre el riesgo de nuevos disturbios, informaron habitantes de Mascate.

Omán, un país generalmente pacífico, se vio sacudido en 2011 por disturbios en los que murieron dos manifestantes que protestaban contra la corrupción y el desempleo, en la estela de la primavera árabe.

El sultán Qabus realizó entonces una importante remodelación ministerial, descartando a los ministros acusados de corrupción, y anunció la creación de 50.000 empleos, ayudas para los desempleados y otras medidas sociales.

"Esta vez, la violencia puede estallar de nuevo en la región industrial de Sohar (norte), que vivió en 2011 las manifestaciones más violentas y donde los habitantes se quejan de un reparto desigual de la riqueza nacional", afirma el diplomático.



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