Omara Portuondo se niega a decir "¡Adiós!"

AFP (Agencia France-Presse)

Hong Kong, China. - La frágil apariencia de Omara Portuondo contrasta con la sonora voz que la convirtió en estrella en Cuba antes de acceder a la gloria internacional con Buena Vista Social Club, a una edad en la que la mayoría se jubilan.

El legendario grupo cubano se despedirá de su público con su "Adiós Tour", su última gira mundial. Pero la cantante de 85 años, que ejerce su arte desde los 15, no está lista para dejar su micrófono.
"Ninguno de nosotros se imaginó el enorme éxito de Buena Vista Social Club, logramos lo que nunca siquiera habríamos soñado", dijo en una entrevista con la AFP antes de sus conciertos en Hong Kong que comienzan el jueves.
"La música es mi vida y no dejaré de cantar", asegura.
Ya son 20 años desde que por una casualidad del destino el guitarrista estadounidense Ry Cooder y la estrella cubana Juan de Marcos González alentaron a grandes nombres de la época dorada de la música cubana a reunirse para producir un disco.
El álbum grabado en apenas seis días, llamado Buena Vista Social Club en homenaje a un club privado de La Habana que cerró sus puertas tras la revolución cubana, fue un gran éxito.
Se vendieron millones de copias y la película del alemán Wim Wenders sobre esta aventura no hizo más que propulsar la música cubana en la escena internacional. 
Buena Vista exportó también una visión pintoresca de una isla que vivía prácticamente aislada tras la revolución de 1959.
Para la generación que alcanzaba la edad adulta en los años 1990 era una manera de descubrir a una Cuba muy diferente de la imagen asociada a los comunistas en los países occidentales.
"Nos llaman los embajadores de Cuba y me siento honrada. Cuando haces lo que te gusta, solo pueden salir cosas buenas. Se brilla desde el interior, hacia los demás", explica la diva.
 

 - Renacimiento - 

 
Juan de Marcos dijo en algunas ocasiones que Buena Vista Social Club contribuyó a descongelar las relaciones entre La Habana y Washington, reavivando la curiosidad de los estadounidenses sobre la isla caribeña.
El grupo tocó en octubre para el presidente Barack Obama en la Casa Blanca, quien reveló que él también había comprado el famoso disco.
Obama se convertirá en poco tiempo en el primer jefe de Estado estadounidense en visitar Cuba desde 1928. Las relaciones diplomáticas entre estos países, rotas en 1960, fueron restablecidas en julio de 2015.
Pero la cantante, que participó en fiestas en honor a los hermanos Castro, no quiere hablar sobre política.
"La política es para los políticos. Yo soy música, amo la música", señala. "Es bueno hablar, en todas las situaciones de la vida, con la familia, amigos, vecinos".
Asimismo rechaza las críticas que afirman que el fenómeno Buena Vista ofrece una visión estrecha de la música cubana o que hay una diferencia entre lo que escuchan los cubanos y los turistas.
"Hoy, la gente escucha muchos estilos y géneros diferentes. Lo bueno es que la música tradicional cubana es muy respetada. Tiene diferentes influencias, cantamos en español pero hay sonidos afro. Creo que es lo que la popularizó en el mundo". 
Gracias al álbum de 1997, veteranos de la música cubana tuvieron una segunda vida. Ibrahim Ferrer, gloria de los años 1940, lustraba zapatos en La Habana para llegar a fin de mes. El pianista Rubén González, uno de los pioneros del chachachá y del mando, era un jubilado que sufría de artrosis.
Omara Portuondo es una de los pocos miembros "históricos" del grupo aún presentes. La formación tuvo que abrirse a nuevos talentos y toca ahora bajo el nombre de "Orquesta Buena Vista Social Club".
Para la cubana, Buena Vista es solo un capítulo de una carrera excepcional en la que cruzó el camino de Nat King Cole, Herbie Hancock, Edith Piaf y Chico Buarque.
Pero para ella nada ha terminado. "¿Si es un adiós para mi? ¡Jamás! Luego iré a Europa y Estados Unidos para mi '85 Tour'". 


Nuevo comentario: