Opositores al glifosato alentados por un nuevo estudio científico
AFP (Agencia France-Presse)
Bruselas, Bélgica. - Los opositores al glifosato, un controvertido herbicida cuyo uso se está debatiendo en la Unión Europea (UE), se han visto alentados por un estudio científico que cuestiona los estudios en los que se basa Bruselas para proponer renovar la autorización a ese producto.
En una carta abierta al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a la que tuvo acceso la AFP, el doctor Christopher Portier volvió a mostrar su preocupación respecto al carácter cancerígeno del glifosato.
A principios de 2016, un colectivo de un centenar de científicos, encabezado por Portier, ya había sido alertado sobre las consecuencias negativas del herbicida para la salud.
El especialista tuvo acceso, tras una larga batalla administrativa llevada a cabo por parlamentarios europeos, a una parte de los datos científicos en los que se basaron la EFSA (la Agencia europea de seguridad de los alimentos) y la ECHA (la Agencia europea de productos químicos) para demostrar el carácter no cancerígeno del glifosato. Estos datos fueron entregados por la industria fitosanitaria que fabrica los pesticidas.
"El análisis de Portier cuestiona las explicaciones de la EFSA, que aseguró la semana pasada que había verificado todos los datos y que no se había basado en los resúmenes de estudios elaborados por la industria", consideró la oenegé Greenpeace en un comunicado.
"La EFSA y la ECHA no han logrado identificar todos los casos estadísticamente significativos sobre el cáncer en los estudios realizados sobre las ratas", escribió el científico en su carta abierta.
Tras el visto bueno de las dos agencias, los comisarios europeos decidieron hace 15 días "reanudar las conversaciones con los Estados miembros sobre una posible renovación de la autorización del glifosato durante 10 años".
A mediados de 2016, Bruselas prolongó 18 meses la licencia del herbicida, a la espera del informe de la ECHA, publicado en marzo.
El interés económico no es baladí. El uso de herbicidas que contienen glifosato se generalizó rápidamente en el mercado desde la década de 1970. Con el desarrollo de cultivos transgénicos resistentes a esa sustancia, como la soja RR (Roundup Ready) de Monsanto, su uso aumentó aún más.
El uso del glifosato se volvió cada vez más controvertido en la UE, tras una campaña activa de los defensores del medio ambiente.
No hay una mayoría de gobiernos europeos a favor del glifosato, por eso la Comisión propone ahora renovar una autorización que no fue renovada en 2016.
A principios de 2016, un colectivo de un centenar de científicos, encabezado por Portier, ya había sido alertado sobre las consecuencias negativas del herbicida para la salud.
El especialista tuvo acceso, tras una larga batalla administrativa llevada a cabo por parlamentarios europeos, a una parte de los datos científicos en los que se basaron la EFSA (la Agencia europea de seguridad de los alimentos) y la ECHA (la Agencia europea de productos químicos) para demostrar el carácter no cancerígeno del glifosato. Estos datos fueron entregados por la industria fitosanitaria que fabrica los pesticidas.
"El análisis de Portier cuestiona las explicaciones de la EFSA, que aseguró la semana pasada que había verificado todos los datos y que no se había basado en los resúmenes de estudios elaborados por la industria", consideró la oenegé Greenpeace en un comunicado.
"La EFSA y la ECHA no han logrado identificar todos los casos estadísticamente significativos sobre el cáncer en los estudios realizados sobre las ratas", escribió el científico en su carta abierta.
Tras el visto bueno de las dos agencias, los comisarios europeos decidieron hace 15 días "reanudar las conversaciones con los Estados miembros sobre una posible renovación de la autorización del glifosato durante 10 años".
A mediados de 2016, Bruselas prolongó 18 meses la licencia del herbicida, a la espera del informe de la ECHA, publicado en marzo.
El interés económico no es baladí. El uso de herbicidas que contienen glifosato se generalizó rápidamente en el mercado desde la década de 1970. Con el desarrollo de cultivos transgénicos resistentes a esa sustancia, como la soja RR (Roundup Ready) de Monsanto, su uso aumentó aún más.
El uso del glifosato se volvió cada vez más controvertido en la UE, tras una campaña activa de los defensores del medio ambiente.
No hay una mayoría de gobiernos europeos a favor del glifosato, por eso la Comisión propone ahora renovar una autorización que no fue renovada en 2016.