"Somos el único canal que está en contacto directo con Gadafi y su familia. Los canales con los que competimos invirtieron en tecnología para hacer shows y nosotros en tecnología para volver más seguras nuestras comunicaciones. Gracias a nuestro sistema, (Gadafi) ya nos llamó seis veces", cuenta la directora general, Hawazen al Yuburi, de 27 años de edad, hija del dueño del canal.
El prófugo ex líder libio optó por este canal porque "sabe que somos cumplidores y nunca deformamos lo que dice", agrega esta estudiante de literatura inglesa en la universidad de Damasco.
"Le puedo asegurar que sigue estando con sus combatientes", estimó.
Tras huir de Irak, donde, afirma, las fuerzas estadounidenses querían terminar con él, Mishan al Yuburi fundó Arrai ("opinión") en 2007. El canal emite desde un cobertizo de 250 metros cuadrados lleno de antenas parabólicas situado en un suburbio de Damasco.
Hace un mes, cuenta Yuburi, un empresario sirio, enviado por el CNT libio le ofreció dinero por dejar de hablar de Libia. "¿Qué le vamos a decir a los telespectadores? ¿Que dejamos de ser resistentes? No, gracias", afirma haberle contestado.
Anteriormente, Gadafi también había intentado acallar a Arrai, cuenta Yuburi.
"Como defendíamos a las revoluciones egipcia y tunecina, Gadafi, furioso, llamó por teléfono a (el presidente sirio) Bashar al Asad para pedirle que cerrara este canal porque, de lo contrario, lo iba a bombardear", explica.
Por su parte, Mahmud Jibril, el número dos del Consejo Nacional de Transición libio (CNT), "acaba de declarar que si las autoridades sirias no interrumpen nuestra difusión, van a crear una televisión de la oposición siria", subraya Yuburi.
"Estamos contra todos los dictadores y cuando empezaron las manifestaciones en Bengasi (este de Libia), las apoyamos", prosigue este empresario que fuera uno de los allegados al ex mandatario iraquí Sadam Husein, antes de oponerse a él.
"Apoyamos a los que se oponen a la ocupación y, hoy en día, estamos con Gadafi, que defiende a su país contra la OTAN", indica.
Si bien afirma oponerse a "todas las dictaduras" del mundo árabe, Yuburi prefiere no pronunciarse sobre Siria, donde, según la ONU, la represión ha causado la muerte de más de 2.700 personas desde que se inició la movilización contra el régimen de Asad en marzo pasado.
"Al igual que el canal satelital de Qatar Al Jazeera, que no habla de lo que pasa en ese país, nosotros no intervenimos en los asuntos sirios, si bien seguramente se cometan errores y sea legítimo reclamar más democracia", afirma.