Ortega se rehusa dejar el poder y la crisis se agrava en Nicaragua
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Managua. – El aparente fracaso de una reunión de los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) con el presidente Daniel Ortega parece agravar la crisis en el país, en medio de incendios, ataques armados a manifestantes y un inminente cierre de fronteras al comercio internacional.
Ortega, de 72 años, pidió el jueves a la CEN que se le permitiera “reflexionar” sobre una propuesta de volver al diálogo con una alianza cívica opositora, suspendido el 23 de mayo, y discutir el tema de la “democratización del país” que incluye su retiro del Gobierno y la convocatoria a nuevas elecciones.
Los obispos salieron de la reunión con rostros afligidos y en las redes sociales se propagó de inmediato la frustración de quienes esperaban el anuncio de una pronta solución al conflicto, que en siete semanas se ha cobrado 127 muertos y más 1.200 heridos.
La CEN le pidió a Ortega responder “por escrito lo más pronto posible”, se indicó en un comunicado.
"No hay tiempo que perder y que a todos nos urge una solución para el país. (...) Que sea pacífica depende sólo de una persona”, dijo en su cuenta de Twitter el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.
Un par de horas después de la reunión, policías y paramilitares atacaron a estudiantes atrincherados en una universidad de Managua y dieron muerte a un joven de 22 años. Cerca de ahí, desconocidos incendiaron las instalaciones de la emisora estatal Radio Nicaragua, que difunde la voz del Gobierno.
Para el periodista opositor Carlos Fernando Chamorro, lo ocurrido confirma “que el país está en una crisis más grave”, ya que Ortega se resiste a discutir su salida del poder y los estudiantes y campesinos amenazan con arreciar las protestas.
Sin embargo, el analista Roberto Samcam, un ex mayor del Ejército nicaragüense, tiene otra lectura: el presidente ha aceptado dejar el Gobierno y prepara su salida “negociando al borde del abismo”.
“Aquí hay un proceso de negociación y hay compromisos adquiridos con Estados Unidos. Daniel Ortega está listo para irse, pero quiere garantías de seguridad para él, para su familia y su patrimonio financiero”, dijo Samcam en entrevista con dpa.
Según el ex militar, recientes declaraciones del vicepresidente Mike Pence, que instó al Gobierno a cesar la represión, sumado a las restricciones de visas a varios funcionarios, “son el primer manotazo en la mesa” por parte de Washington.
“Estados Unidos sabe cuánto dinero han sacado del país los Ortega y en qué bancos lo tienen”, dijo Samcam. Aseguró que el grueso del capital salió de la ayuda venezolana, que fluyó a Nicaragua a razón de 500 millones de dólares mensuales durante 11 años.
Samcam estimó que mientras "negocia" su salida, Ortega seguirá "midiendo fuerzas y respondiendo de acuerdo a las circunstancias", aunque en el trayecto se destruya a Nicaragua.
“Quienes esperaban la respuesta de un estadista sensato al reclamo de la ciudadanía no conocen a Ortega: un hombre irracional que no da su brazo a torcer aunque esté ahogándose. Su máxima es combatir y negociar, diálogar y reprimir... la pregunta es cuánto tiempo más aguantará él y lo soportará el país", opinó.
Mientras, Managua amaneció virtualmente incomunicada por segundo día consecutivo, debido al aumento de “tranques” (retenes) en las carreteras hacia el interior y sobre la vía Panamericana, que comunica al resto del continente. Estudiantes y campesinos exigen la renuncia de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
En declaraciones divulgadas en Managua, el presidente de la Federación de Transportistas de Carga de Centroamérica, Luis Alfaro, anunció que sus furgones dejarán de pasar por Nicaragua debido a que más de 500 camiones están varados en el país.
"Vamos a cerrar las fronteras terrestres desde Costa Rica (sur) y Honduras (norte), no vamos a cargar absolutamente nada para Nicaragua en protesta por nuestros compañeros atrapados en el territorio", dijo el guatemalteco Alfaro.
En tanto, miles de personas han acudido en los últimos días a las oficinas de Migración en Nicaragua para actualizar pasaportes o tramitarlos por primera vez, en caso de que la crisis les obligue a abandonar el país, según reportó la televisión local.
La grave crisis política en Nicaragua comenzó con una protesta estudiantil en abril pasado y ha dejado al menos 127 muertos y más de 1.200 heridos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El Gobierno sólo reconoce 42 fallecidos.
En Washington, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió al Estado de Nicaragua que proteja a los líderes estudiantiles Víctor Cuadras, Zayda Hernández y Fernando Sánchez, amenazados de muerte.
También pidió seguridad para Migueliuth Sandoval Cruz, viuda del periodista Angel Gahona, asesinado el pasado abril cuando cubría una protesta en la ciudad de Bluefields (surcaribe).
El grupo de nicaragüenses viajó a Washington como parte de una delegación de la coalición Alianza Cívica. La delegación intervino ante la asamblea general de la OEA para denunciar a Ortega y pedir sanciones contra el Gobierno.
Ortega y su partido, el FSLN, han ganado las elecciones, por lo que las protestas contra él pretenden llevar al poder a quienes perdieron las elecciones.
Los obispos salieron de la reunión con rostros afligidos y en las redes sociales se propagó de inmediato la frustración de quienes esperaban el anuncio de una pronta solución al conflicto, que en siete semanas se ha cobrado 127 muertos y más 1.200 heridos.
La CEN le pidió a Ortega responder “por escrito lo más pronto posible”, se indicó en un comunicado.
"No hay tiempo que perder y que a todos nos urge una solución para el país. (...) Que sea pacífica depende sólo de una persona”, dijo en su cuenta de Twitter el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.
Un par de horas después de la reunión, policías y paramilitares atacaron a estudiantes atrincherados en una universidad de Managua y dieron muerte a un joven de 22 años. Cerca de ahí, desconocidos incendiaron las instalaciones de la emisora estatal Radio Nicaragua, que difunde la voz del Gobierno.
Para el periodista opositor Carlos Fernando Chamorro, lo ocurrido confirma “que el país está en una crisis más grave”, ya que Ortega se resiste a discutir su salida del poder y los estudiantes y campesinos amenazan con arreciar las protestas.
Sin embargo, el analista Roberto Samcam, un ex mayor del Ejército nicaragüense, tiene otra lectura: el presidente ha aceptado dejar el Gobierno y prepara su salida “negociando al borde del abismo”.
“Aquí hay un proceso de negociación y hay compromisos adquiridos con Estados Unidos. Daniel Ortega está listo para irse, pero quiere garantías de seguridad para él, para su familia y su patrimonio financiero”, dijo Samcam en entrevista con dpa.
Según el ex militar, recientes declaraciones del vicepresidente Mike Pence, que instó al Gobierno a cesar la represión, sumado a las restricciones de visas a varios funcionarios, “son el primer manotazo en la mesa” por parte de Washington.
“Estados Unidos sabe cuánto dinero han sacado del país los Ortega y en qué bancos lo tienen”, dijo Samcam. Aseguró que el grueso del capital salió de la ayuda venezolana, que fluyó a Nicaragua a razón de 500 millones de dólares mensuales durante 11 años.
Samcam estimó que mientras "negocia" su salida, Ortega seguirá "midiendo fuerzas y respondiendo de acuerdo a las circunstancias", aunque en el trayecto se destruya a Nicaragua.
“Quienes esperaban la respuesta de un estadista sensato al reclamo de la ciudadanía no conocen a Ortega: un hombre irracional que no da su brazo a torcer aunque esté ahogándose. Su máxima es combatir y negociar, diálogar y reprimir... la pregunta es cuánto tiempo más aguantará él y lo soportará el país", opinó.
Mientras, Managua amaneció virtualmente incomunicada por segundo día consecutivo, debido al aumento de “tranques” (retenes) en las carreteras hacia el interior y sobre la vía Panamericana, que comunica al resto del continente. Estudiantes y campesinos exigen la renuncia de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
En declaraciones divulgadas en Managua, el presidente de la Federación de Transportistas de Carga de Centroamérica, Luis Alfaro, anunció que sus furgones dejarán de pasar por Nicaragua debido a que más de 500 camiones están varados en el país.
"Vamos a cerrar las fronteras terrestres desde Costa Rica (sur) y Honduras (norte), no vamos a cargar absolutamente nada para Nicaragua en protesta por nuestros compañeros atrapados en el territorio", dijo el guatemalteco Alfaro.
En tanto, miles de personas han acudido en los últimos días a las oficinas de Migración en Nicaragua para actualizar pasaportes o tramitarlos por primera vez, en caso de que la crisis les obligue a abandonar el país, según reportó la televisión local.
La grave crisis política en Nicaragua comenzó con una protesta estudiantil en abril pasado y ha dejado al menos 127 muertos y más de 1.200 heridos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El Gobierno sólo reconoce 42 fallecidos.
En Washington, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió al Estado de Nicaragua que proteja a los líderes estudiantiles Víctor Cuadras, Zayda Hernández y Fernando Sánchez, amenazados de muerte.
También pidió seguridad para Migueliuth Sandoval Cruz, viuda del periodista Angel Gahona, asesinado el pasado abril cuando cubría una protesta en la ciudad de Bluefields (surcaribe).
El grupo de nicaragüenses viajó a Washington como parte de una delegación de la coalición Alianza Cívica. La delegación intervino ante la asamblea general de la OEA para denunciar a Ortega y pedir sanciones contra el Gobierno.
Ortega y su partido, el FSLN, han ganado las elecciones, por lo que las protestas contra él pretenden llevar al poder a quienes perdieron las elecciones.