Pablo Giorgelli lleva el desamparo de una adolescente a Venecia
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Venecia. - Hace seis años el Festival de Cannes proclamó a Pablo Giorgelli como el mejor debutante concediéndole una Cámara de Oro. El director argentino se ha tomado su tiempo para reafirmar que era merecedor de esa distinción y ahora llega a la Mostra de Venecia con "Invisible", un drama áspero sobre una adolescente que hace frente a un embarazo no deseado.
Y todo surgió de unos cafés que comenzó a tomar con su nueva coguionista, Maria Laura Gargarella ("Tokio"), con quien ha forjado esta historia de soledad y desamparo.
Si en su debut "Las acacias" abordó la paternidad, ahora el realizador, que ha sido entretanto padre de dos hijas, indaga en la maternidad.
"Hay algo que tiene que ver con la familia que me interesa: el tema de los vínculos familiares, cómo se construyen los vínculos familiares, cómo eso te define, cómo uno es quien es a partir del hogar del que viene", aseguró el realizador en entrevista con dpa.
Y para hacerlo más familiar el realizador se ha marchado a La Boca, un barrio popular que conoce de toda la vida. Filmó delante de la casa de su madre. Más emparentado imposible.
Imaginar a la protagonista en su propio barrio le hizo viajar a su adolescencia, dijo. Mora Arenillas, hija del actor Fabián Arenillas, es la que carga a sus espaldas con todo el peso de la película que por su realismo entronca con el documental.
Giorgelli es un director "invisible", no se deja notar y el espectador siente todas las tribulaciones de la joven, que vive con su madre deprimida y cuya pareja no quiere saber nada del pequeño. En una sociedad en la que es ilegal el aborto, las circunstancias le obligan a hacerse adulta de golpe.
El embarazo es la trama que empuja la historia, sin embargo, la película trata "del desamparo y la soledad de esta chica de 17 años que no encuentra claridad en su vida y que a partir de este embarazo inesperado se pone en marcha", apunta el realizador, que compite en la sección Orizzonti, la segunda en importancia dentro del certamen italiano.
"Invisible" aborda ante todo la incomunicación entre adultos y adolescentes en esa etapa tan vulnerable, y también contiene una crítica al Estado, que no atiende, que expulsa a los jóvenes al dejarles a su suerte cuando hacen frente a un embarazo.
"Invisible" es la segunda de las tres películas con las que Argentina coloca alto el listón este año en Venecia. Además de "Zama", de Lucrecia Martel, también está programada "Temporada de caza", de Natalia Garagiola, que se muestra en la Semana de la Crítica.
A Giorgelli la Camara de Oro no le cambió la vida. Eso sí, aprovechó para viajar y presentar la película en diferentes partes. Después se tomó un largo tiempo de desconexión del cine y le ofrecieron un guión para rodar en Brasil. Se sintió abrumado por la ilusión de que le ofrecieran hacer la película pero, según cuenta, la historia no era para él.
"No me apuro, espero a que se den las cosas. Uno tiene que convivir con las películas que hace toda la vida y no me puedo permitir hacer algo de lo que no estoy convencido", explica el realizador que se gana el pan con otros menesteres no siempre vinculados al cine.
Ahora ya sabe con qué va a seguir, tiene en mente una película sobre una familia italiana que reside en La Boca y otra inspirada en la novela "Trasfondo", de Patricia Rato, sobre la expedición militar de un submarino durante la guerra de las Malvinas. "Es una película de guerra pero es una película de espera, porque no sucede nada", comenta todo ilusionado.
Giorgelli se queda con la definición del cine que en cierta ocasión le dio el director Hirokazu Kore-eda, que este año casualmente presenta a concurso película en Venecia. "El cine -dijo el japonés-, es un río que fluye, que me contiene". Y a Giorgelli le parecieron magistrales estas palabras, pues responden al interrogante de por qué hace cine. "¿Por qué se mete uno en estos líos larguísimos que duran años, que requieren un enorme esfuerzo físico, emocional y económico?. Uno busca algo de protección".
Si en su debut "Las acacias" abordó la paternidad, ahora el realizador, que ha sido entretanto padre de dos hijas, indaga en la maternidad.
"Hay algo que tiene que ver con la familia que me interesa: el tema de los vínculos familiares, cómo se construyen los vínculos familiares, cómo eso te define, cómo uno es quien es a partir del hogar del que viene", aseguró el realizador en entrevista con dpa.
Y para hacerlo más familiar el realizador se ha marchado a La Boca, un barrio popular que conoce de toda la vida. Filmó delante de la casa de su madre. Más emparentado imposible.
Imaginar a la protagonista en su propio barrio le hizo viajar a su adolescencia, dijo. Mora Arenillas, hija del actor Fabián Arenillas, es la que carga a sus espaldas con todo el peso de la película que por su realismo entronca con el documental.
Giorgelli es un director "invisible", no se deja notar y el espectador siente todas las tribulaciones de la joven, que vive con su madre deprimida y cuya pareja no quiere saber nada del pequeño. En una sociedad en la que es ilegal el aborto, las circunstancias le obligan a hacerse adulta de golpe.
El embarazo es la trama que empuja la historia, sin embargo, la película trata "del desamparo y la soledad de esta chica de 17 años que no encuentra claridad en su vida y que a partir de este embarazo inesperado se pone en marcha", apunta el realizador, que compite en la sección Orizzonti, la segunda en importancia dentro del certamen italiano.
"Invisible" aborda ante todo la incomunicación entre adultos y adolescentes en esa etapa tan vulnerable, y también contiene una crítica al Estado, que no atiende, que expulsa a los jóvenes al dejarles a su suerte cuando hacen frente a un embarazo.
"Invisible" es la segunda de las tres películas con las que Argentina coloca alto el listón este año en Venecia. Además de "Zama", de Lucrecia Martel, también está programada "Temporada de caza", de Natalia Garagiola, que se muestra en la Semana de la Crítica.
A Giorgelli la Camara de Oro no le cambió la vida. Eso sí, aprovechó para viajar y presentar la película en diferentes partes. Después se tomó un largo tiempo de desconexión del cine y le ofrecieron un guión para rodar en Brasil. Se sintió abrumado por la ilusión de que le ofrecieran hacer la película pero, según cuenta, la historia no era para él.
"No me apuro, espero a que se den las cosas. Uno tiene que convivir con las películas que hace toda la vida y no me puedo permitir hacer algo de lo que no estoy convencido", explica el realizador que se gana el pan con otros menesteres no siempre vinculados al cine.
Ahora ya sabe con qué va a seguir, tiene en mente una película sobre una familia italiana que reside en La Boca y otra inspirada en la novela "Trasfondo", de Patricia Rato, sobre la expedición militar de un submarino durante la guerra de las Malvinas. "Es una película de guerra pero es una película de espera, porque no sucede nada", comenta todo ilusionado.
Giorgelli se queda con la definición del cine que en cierta ocasión le dio el director Hirokazu Kore-eda, que este año casualmente presenta a concurso película en Venecia. "El cine -dijo el japonés-, es un río que fluye, que me contiene". Y a Giorgelli le parecieron magistrales estas palabras, pues responden al interrogante de por qué hace cine. "¿Por qué se mete uno en estos líos larguísimos que duran años, que requieren un enorme esfuerzo físico, emocional y económico?. Uno busca algo de protección".