Países africanos inician segunda misión en Costa de Marfil
AFP (Agence France-Presse)
ABIYÁN, (AFP) - El primer ministro keniano Raila Odinga, mediador de la Unión Africana (UA), llegó el lunes a Costa de Marfil, para intentar obtener, junto a tres emisarios africanos más, que Laurent Gbagbo deje el poder, poniendo fin a una crisis que, según la ONU, ha dejado casi 200 muertos.
Los cuatro mediadores deben reunirse con Gbagbo, proclamado presidente por el Tribunal Constitucional de Costa de Marfil, y con su rival Alassane Ouattara, ganador de las elecciones del 28 de noviembre pasado, según la Comisión Electoral Independiente, y reconocido por la comunidad internacional como el único mandatario legítimo.
La CEDEAO, que a comienzos de diciembre suspendió a Costa de Marfil, instó a Gbagbo, mandatario saliente, a ceder el poder a su rival.
La organización amenazó con una intervención militar, actualmente en preparación, en caso que el mandatario saliente se niegue a irse.
Gbagbo debe dejar la presidencia y esto no dará lugar a "ningún compromiso", advirtió el lunes el ministro de Información y portavoz del gobierno de Sierra Leona, Ibrahim Ben Kargbo.
Sin embargo, agregó que había que ofrecer al presidente saliente condiciones para "facilitar" su partida, sin precisar cuales serían esas condiciones. "Tratamos de favorecer una salida tranquila para él, para que pueda dejar dignamente sus funciones", dijo.
El presidente en ejercicio de la CEDEAO, el jefe de Estado nigeriano Goodluck Jonathan prometió "nuevos pasos" a partir del martes.
La misión del lunes parece casi imposible. Gbagbo hizo saber firmemente que no contaba dejar el palacio presidencial a pesar de la intensa presión exterior.
"No vamos a ceder", prometió en su saludo de Año Nuevo, criticando "una tentativa de golpe de Estado emprendida bajo la bandera de la comunidad internacional".
La situación está más bloqueada que nunca, entre ultimátums que caducan sin consecuencia y desenlaces postergados.
Así, los partidarios de Gbagbo postergaron el domingo el asalto sin armas que preveían lanzar contra el cuartel general de Ouattara, un hotel sometido al bloqueo por las fuerzas fieles al régimen y protegido por 800 "cascos azules" de la ONU.
Es "para dar una oportunidad" a las negociaciones que este proyecto fue suspendido, explicó el domingo en la noche Charle Blé Goudé, líder de los "jóvenes patriotas" partidarios de Gbagbo.
Un fracaso del diálogo podría sumir al país en la violencia, provocando enfrentamientos entre marfileños, una intervención africana, o ambas cosas - con consecuencias posibles para millones de ciudadanos de países de Africa occidental radicados en Costa de Marfil, que sigue siendo una potencia económica regional, a pesar de una década de crisis político-militares.
Ciento setenta y nueve personas han muerto desde mediados de diciembre según la ONU, que señaló la responsabilidad de partidarios de Gbagbo.
Para allegados al mandatario saliente, las violencias han provocado 53 muertos desde el 28 de noviembre, 14 de los cuales son miembros de las Fuerzas de Defensa y de Seguridad (FDS) que se han mantenido leales a Gbagbo, según sus partidarios.
La ONU hará todo lo posible por acceder a los lugares donde haya osarios en Costa de Marfil, afirmó su secretario general Ban Ki-moon.