Al menos 14 estudiantes mujeres murieron en la explosión que alcanzó a un autobús de la universidad en Quetta, la capital provincial de Baluchistán, declaró a la AFP un responsable de la seguridad.

Otras 11 personas perdieron la vida cuando una bomba estalló en el Complejo Médico Bolan de la ciudad, donde atendían a las víctimas, según las mismas fuentes.

Los hombres armados se atrincheraron en el edificio del hospital, que fue rodeado por las fuerzas de seguridad. Horas después, las fuerzas de seguridad tomaron por asalto el edificio, liberando a 35 personas que habían permanecido secuestradas, dijo a la prensa el ministro del Interior Chaudhry Nisar.

"Cuando se estaba trayendo a las víctimas al hospital, los terroristas se apostaron dentro del edificio", agregó.

"Abrieron fuego contra la administración y los oficiales de policía que llegaban. Un kamikaze se explotó en el hospital", declaró.

Nisar dijo no poder brindar la cantidad exacta de víctimas del ataque al hospital, pero Abdul Wasey, portavoz del Cuerpo Fronterizo había dicho anteriormente que la explosión de la bomba mató a 11 personas e hirió a otras 17.

Estas acciones no fueron reivindicadas, pero la provincia de Baluchistán, rica en petróleo y en gas y fronteriza con Irán y Afganistán, es escenario de actos violentos contra la minoría chiita, de ataques de combatientes talibanes y de una insurrección local.

Así, rebeldes reclaman una mayor autonomía política y un reparto más justo de los ingresos de la provincia, que, pese a contar con yacimientos de petróleo y gas, es una de las más pobres de Pakistán.