AFP (Agencia France-Presse)
JERUSALÉN. - Israel y Palestina se acusaron mutuamente de boicotear los esfuerzos para alcanzar la paz antes de la llegada este miércoles a la región del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que tratará de conducir a las dos partes hacia un acuerdo marco sobre el estatus definitivo.
Kerry, que visitará la región por décima vez desde marzo, intentará hacer avanzar las negociaciones reactivadas en julio en un contexto de desconfianza constante, que llevó a ambos bandos a cuestionar el compromiso del otro para poner fin a un conflicto que ya dura décadas.
El presidente palestino, Mahmud Abas, advirtió el martes que emprenderá acciones "diplomáticas y legales" contra Israel para detener la expansión de los asentamientos judíos en la tierra que los palestinos quieren para su futuro Estado.
"No nos quedaremos tranquilos mientras el cáncer de las colonias se multiplica, especialmente en [el este de] Jerusalén", dijo Abas que recibirá a Kerry el viernes por la noche en Ramala (Cisjordania).
"Haremos uso de nuestro derecho como Estado observador en la ONU para emprender acciones políticas, diplomáticas y legales para detenerlas", añadió.
Un responsable del Departamento de Estado norteamericano, que pidió el anonimato, insistió en la oposición estadounidense a la colonización.
"Las actividades de colonización que continúan suscitaron muchas preguntas del bando palestino y de la comunidad internacional sobre las intenciones del gobierno israelí", subrayó este responsable.
"Tanto la construcción como la planificación [de viviendas] provocan mucha acritud", añadió e insistió en que la colonización es "ilegítima".
Por su lado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, criticó a los palestinos por recibir como héroes a los 26 prisioneros que Israel liberó el martes.
"No es así como se hace la paz", consideró el primer ministro.
Israel se comprometió a liberar a 104 prisioneros palestinos en cuatro tandas en el marco de las negociaciones de paz. Las dos primeras liberaciones estuvieron acompañadas por el anuncio de la construcción de nuevos asentamientos en la ocupada Cisjordania y en el anexado Jerusalén Este.
Según fuentes diplomáticas y medios, Kerry debería presentar por primera vez un proyecto de "acuerdo marco" centrado en el trazado de las fronteras del futuro Estado palestino, el futuro del anexado Jerusalén Este y la suerte de los refugiados palestinos.
El objetivo es subir "a la cima de una colina y estar en condiciones de compartir con ellos [israelíes y palestinos] la visión de lo que hay al otro lado, de mostrar a qué se parecerá la paz una vez resueltas todas las cuestiones clave", añadió el responsable del Departamento de Estado.
El diario israelí Maariv indicó este miércoles que Israel rechazó un acuerdo de seguridad propuesto por Kerry durante su último viaje a la zona en diciembre, ya que "no podría garantizar la seguridad de Israel".
Washington propuso "una presencia israelí limitada en los puntos de paso del río Jordán por un número limitado de años utilizando la tecnología (...) en vez de una presencia militar sobre el terreno", según la misma fuente.
Abas también rechazó el plan y se opuso "a cualquier presencia militar israelí en territorios pertenecientes al Estado independiente de Palestina" refiriéndose al valle del Jordán, en las fronteras con Cisjordania y Jordania.
Una comisión ministerial israelí adoptó el domingo un proyecto de ley que prevé la anexión del valle del Jordán, una iniciativa lanzada por los halcones de la derecha de la coalición gubernamental. Aunque los analistas consideran que este proyecto solo tiene un valor simbólico, los palestinos lo han denunciado enérgicamente.
Estos últimos solo aceptan el despliegue de una fuerza internacional, una solución rechazada por Israel que insiste en poder "defenderse a sí mismo".
Por otro lado, Abas también estableció una serie de "líneas rojas palestinas", entre las que se encuentra el rechazo a reconocer a Israel como un Estado judío, una petición central de Netanyahu.
Los palestinos reconocieron oficialmente a Israel a principios de los años 1990, pero temen que aceptarlo como un Estado judío pueda poner en peligro a la minoría árabe de Israel y el "derecho de retorno" para los refugiados palestinos de las guerras árabe-israelíes del pasado.