Para poner fin a lucha fratricida en la derecha francesa Sarkozy sugiere nuevos comicios

AFP (Agencia France-Presse)

PARÍS. - El ex presidente francés Nicolas Sarkozy sugirió este lunes, más de una semana después de que comenzara una crisis que llevó a la derecha francesa al borde de la implosión, la organización de nuevos comicios a la presidencia del principal partido de oposición para dirimir entre Jean-François Copé y François Fillon.

Nicolas Sarkozy
Nicolas Sarkozy
Sarkozy, que no se pronunció sobre la política francesa desde su derrota en la elección presidencial de mayo, estimó este lunes en un almuerzo con su ex primer ministro François Fillon y aspirante a la presidencia de la Unión para un Movimiento Popular (UMP), que sería preferible convocar a las urnas nuevamente a los afiliados de la formación, según fuentes concordantes.
Nicolas Sarkozy privilegia la solución de organizar nuevas elecciones "para evitar la escalada del conflicto", declaró a la AFP una de esas fuentes.
La delicada situación en que se encuentra la UMP le valen los calificativos, de parte de la prensa o de responsables de la misma formación que no cesa de hundirse desde su derrota en las presidenciales y las legislativas, de "Suicidio colectivo", "masacre", "derecha muerta" o "crash".
En principio, la votación de los militantes UMP debía dotar al partido de un nuevo presidente tras la salida del Elíseo de Nicolas Sarkozy. En juego está el liderazgo de la derecha francesa, en donde rivalizan Fillon y el secretario general saliente de la formación Jean-François Copé, con en el horizonte una eventual candidatura a la presidencial de 2017.
Pero el guión se torció, con unos resultados muy apretados, y entre acusaciones de fraude recíprocas y de profundas fracturas políticas.
Partidario de una "derecha desacomplejada", Copé fue proclamado vencedor el 19 de noviembre por un ínfimo margen del 50,03% (98 votos de ventaja para más de 174.000 votantes). Fillon protestó en contra de este resultado, porque la comisión de organización de los comicios olvidó contar los votos de los territorios franceses del Pacífico y el Océano Índico.
Este lunes la comisión anunció que la diferencia a favor de Copé eran de 1.000 votos.
Pero la guerra de los jefes ya se transformó en psicodrama. Los dos hombres han apelado al ex ministro de Exteriores, Alain Juppé, fundador del partido y autoridad moral para los simpatizantes de derecha. Pero su tentativa de mediación falló el domingo. Quedó el recurso a Nicolas Sarkozy.
"Le toca mover ficha"
"Pensaba que el expresidente de la República debía protegerse de estas querellas partidistas. Parece claramente que es el único hoy en tener autoridad suficiente para proponer eventualmente una salida que yo no percibo", comentó Alain Juppé.
"¿Puede Nicolas Sarkozy calmar los ánimos e incitar a las partes a sentarse en la mesa para negociar una solución? Le toca a él mover ficha", añadió Juppé.
El lunes, Sarkozy almorzó con su antiguo jefe del gobierno, quien amenazó con recurrir a la justicia para conocer la "verdad" sobre los comicios.
Según las fuentes consultadas por la AFP, tanto de seguidores de Copé como de Fillon, Sarkozy desaconsejó a su ex primer ministro actuar a nivel judicial.
Se trataría de un hecho sin precedentes en la vida política francesa. En 2008, la ex candidata al Elíseo, Ségolène Royal, no cumplió con su amenaza de hacer lo propio cuando reivindicaba la dirección del Partido Socialista ante Martine Aubry.
"Trasladar esta querella a manos de la justicia, totalmente al exterior del movimiento, es agravar la quiebra y aumentar los riesgos de explosión", criticó Juppé.
Según el entorno de Copé, Sarkozy y el secretario general saliente tuvieron "una larga y afectuosa conversación telefónica" justo antes del almuerzo que tenía previsto el antiguo jefe de Estado con Fillon.
Al igual que numerosos militantes, varios responsables de la UMP estiman que solo una nueva votación puede permitir al partido salir del bloqueo.
La antigua ministra y portavoz de campaña de Nicolas Sarkozy, Nathalie Kosciusko-Morizet, lanzó una petición par pedir nuevos comicios. "No hemos logrado la legitimitad política (de la elección del 18 de noviembre). Es demasiado dudosa, demasiado discutida", afirmó la exministra que no había tomado partido entre Jean-François Copé y François Fillon para la presidencia de su partido.
La crisis podría también provocar un desastre financiero para la UMP. La formación recibe 40.000 euros del Estado por año y por diputado. En caso de escisión, con la salida de diputados hacia otras formaciones, podría ver estos ingresos seriamente disminuidos.
El tesorero de la UMP, cansado de la "mascarada", anunció su dimisión.


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