París ofrece un retrato del duelo artístico entre dos visiones de España

AFP (Agencia France-Presse)

PARIS. - El duelo entre las dos Españas, "la blanca", retratada en los lienzos llenos de luz de Gustavo Sorolla, y "la negra", plasmada en los oscuros cuadros de Ignacio Zuloaga, cobran vida en una muestra en el museo de l'Orangerie de París, que estára abierta hasta el 9 de enero.

Autorretrato de Ignacio Zuloaga
Autorretrato de Ignacio Zuloaga
Titulada "La España entre dos siglos: 1880-1920. De Zuloaga a Picasso", la exposición evoca un período artístico poco conocido fuera de España, señala Marie-Paule Vial, comisaria de la muestra.
Es como si El Greco, Zurbarán, Velázquez, Goya, centraran toda la atención, relegando a la sombra a todos los artistas que vinieron después de ellos.
Hasta que surge en el firmamento de la pintura el genial Pablo Picasso, y también Salvador Dalí y Miró, que hicieron que la mirada se volcara de nuevo sobre el arte de España, notó la experta.
Pero Ignacio Zuloaga, Hermen Anglada Camarasa, Joaquim Mir, Santiago Rusiñol, Darío de Regoyos, Isidre Nonell son artistas que siguen ocupando sólo un lugar marginal en la historia de la pintura, se quejó Vial, que con esta exposición consagrada a los principales exponentes de la pintura española entre los últimos dos siglos busca darles el lugar que les corresponde.
La comisaria explicó en parte esa marginación recordando que la España de ese entonces respiraba un aire de desencanto, con el fin del imperio.
Pablo Jiménez Burillo, director de la Fundación Mapfre de Madrid, que participó en la organización de la exposición, coincidió en subrayar que la llamada "generación de 1898" surgió en una España "marcada por una crisis profunda".
La España del siglo XIX, marcada por la guerra de independencia contra la ocupación napoleónica, luego las guerras carlistas (1833 a 1876), culminó en 1898, con la pérdida de Cuba y Filipinas, enfatizaron los comisarios.
Pero la de ellos era una generación de gran vitalidad, con personalidades de primer plano y con grandes coincidencias, pese a que unos, como Sorolla, optaron por la luz y el color -"la España blanca"-, y otros pintaron, con pinceladas oscuras, la España "atávica", con sus mendigos y gitanos.
Salvo Mir y Pinazo, todos esos artistas vivieron y expusieron en París, capital mundial de la vanguardia artística, participando en Salones y proponiendo sus cuadros en las mismas galerías -Vollard, Durand-Ruel - en las que exponían Cézanne y Henri Matisse.
Conocieron a Cézanne, y a los impresionistas, pero conservaron en su arte un cierto gusto del realismo y una "identidad irreductible", que tradujeron en un lenguaje que les es propio, recalcó la comisaria.
La exposición fue organizada para remplazar la consagrada a Diego Rivera y Frida Kahlo que estaba prevista para octubre del 2011, y que fue anulada a raíz del conflicto político-diplomático entre París y México, en marzo pasado, que llevó a la cancelación del Año de México en Francia.
Esa exposición dedicada a los dos grandes artistas mexicanos se celebrará en octubre del 2013, anunciaron fuentes del museo parisino.
 


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