La enmienda fue adoptada con 265 votos a favor, 11 en contra y 33 abstenciones. El partido conservador Fidesz, en el poder, dispone de una mayoría de dos tercios en la cámara.
La enmienda retira al Tribunal Constitucional buena parte de sus poderes, impidiéndole decidir sobre el fondo de las cuestiones que se le presenten, y remitirse a su jurisprudencia previa a la entrada en vigor de la nueva Carta Magna el 1 de enero de 2012.
Además reintroduce varias disposiciones anuladas previamente por el Tribunal, como una definición restrictiva de la familia y la posibilidad de expulsar a mendigos de lugares públicos.
Durante la votación, unas 200 personas se reunieron delante del Parlamento para manifestar su oposición a la reforma constitucional.
El partido socialista, el principal de la oposición, boicoteó la votación.