Partido laico se alza con la victoria en Túnez y los islamistas aceptan la derrota

AFP (Agencia France-Presse)

Túnez. - El principal partido secular tunecino, Nida Tunis, encabezaba este lunes el recuento de votos de las legislativas celebradas el día anterior, una victoria reconocida por su adversario, el partido islamista Annahda.

La instancia superior independiente para las elecciones (ISIE) solo disponía de recuentos parciales, que impedían dar una composición del parlamento, de 217 escaños en total.

"Tenemos estimaciones que todavía no son definitivas. Ellos (Nida Tunis) van adelante con unos 12 escaños. Tendríamos 70 escaños y ellos unos 80", declaró a la AFP el portavoz del partido islamista, Sied Laadhari, citando datos de observadores de Annahda presentes en el escrutinio de los votos.

El líder histórico de Annahda, Rashed Ghannushi, felicitó al presidente de Nida Tunis, Beji Caid Esebsi, por su victoria, indicó en su cuenta Twitter su hija, Sumaya Ghanushi, que publicó una foto de su padre al teléfono.

El partido laico Nida Tunis es una formación heterogénea que agrupa tanto a políticos de izquierda y de centroderecha como a caciques del régimen del depuesto presidente Ben Ali.

Esebsi, de 87 años, declaró la noche del domingo que también disponía de "indicadores claros" que situaban a su partido "en cabeza".

Este veterano de la vida política tunecina fue primer ministro después de la revolución de enero de 2011. Antes, fue partidario del padre de la independencia tunecina, Habib Burguiba, y luego de Ben Ali. 

Esebsi es el favorito de las elecciones presidenciales del 23 de noviembre en la que Annahda no presentará candidatos. 

 

- Confianza en la democracia -

 

El modo de escrutinio proporcional favorece la representación de pequeños partidos y dificulta las mayorías absolutas. 

"Sea cual sea el primero, Nida o Annahda, lo principal es que Túnez necesita un gobierno de coalición nacional, una política de consenso. Esta política ha salvado al Estado de lo que están viviendo los demás países de la Primavera Árabe", declaró la noche del domingo Ghanushi. 

La tasa de participación, una de las grandes incógnitas de los comicios, se situó en el 61,8%, esto es, 3,1 millones de electores. La cifra provisional supone un fuerte descenso respecto a las elecciones constituyentes de 2011, en las que votaron 4,3 millones de tunecinos, y se impusieron los islamistas. 

El presidente del ISIE, Shafik Srasar, se declaró, sin embargo, "muy satisfecho" con la participación, tras una campaña en la que quedó patente el desencanto de numerosos tunecinos con su clase política. 

"No hay motivos para echar las campanas al vuelo, pero podemos considerar que estamos en unos niveles aceptables", afirmaba este lunes La Presse, el mayor diario francófono del país. 

Túnez, el país en el que comenzó la Primavera Árabe, vivió desde 2011 numerosos episodios de inestabilidad, sobre todo en 2013, con el auge de grupos yihadistas armados, el asesinato de dos opositores a los islamistas de Annahda, entonces en el poder, y la crisis económica.

Las elecciones se llevaron a cabo sin incidentes, pese a los temores de que se produjeran actos violentos, en particular ataques de los yihadistas. 

Los comicios, que deben dotar a Túnez de instituciones estables, llegan con dos años de retraso, en un contexto de crisis políticas y batallas partidistas. 

La comunidad internacional considera, sin embargo, a Túnez como una esperanza de transición democrática exitosa, mientras que los demás países de la Primavera Árabe (Libia, Egipto, Siria, Yemen) se sumieron en el caos y la violencia. 



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