Pequeña ciudada alemana se rebela contra festival de música neonazi
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Themar (Alemania), 14 jul (dpa) - Menos de 3.000 almas tiene Themar, una pequeña ciudad en el sur del estado alemán de Turingia que lucha por todos los medios para impedir que se celebre el sábado el que probablemente sea el mayor festival de rock ultraderechista de este año en Alemania, con la asistencia de más de 5.000 neonazis.
Más de nueve contramanifestaciones han sido anunciadas de forma paralela al concierto de doce horas de duración bajo el lema "Rock contra la extranjerización".
Además, las autoridades municipales están organizando una fiesta popular para dejar claro su postura hacia los extremistas. También habrá un torneo de fútbol y un rezo por la paz. Se estima que unas 2.000 personas marcharán contra los cabezas rapadas.
"¡No dejaremos la ciudad a merced de los extremistas de derecha!", anticipó, por su parte, una alianza a favor de la democracia y la apertura al mundo del vecino Vessra.
Barbara Morgenroth también quiere participar. La mujer de 68 años dice que este festival ha encendido las alarmas en el pueblo, que se está movilizando y planea colgar banderas e instalar carteles para que los neonazis no se sientan a gusto. "Tiene que desaparecer", demanda.
Themar también ha recibido el respaldo del exterior, según el diario regional "Ostthüringer Zeitung". De Australia, Suiza e Israel han llegado mensajes de solidaridad para esta localidad a orillas del río Werra que ha rescatado del olvido a sus habitantes judíos asesinados en campos de concentración y a los que debieron huir durante el nazismo.
El municipio también intentó frenar por medios legales el evento que contará con la actuación de una docena de bandas de rock neonazis, entre ellas las más conocidas de Alemania.
Pero el miércoles las autoridades sufrieron la segunda derrota ante los tribunales, cuando la Justicia falló que el concierto podía tener lugar al ser considerado una manifestación política.
Sin embargo, Themar no quería darse por vencida. Una empresa agraria presentó un recurso de urgencia alegando tener un contrato de arriendo para el campo en el que está previsto el festival, pero la Justicia denegó el recurso y ya no hay impedimentos legales para el evento.
"El hecho de que tenga lugar aquí un concierto como este es un daño para nuestro estado federado, abierto al mundo", declaró el ministro del Interior de Turingia, Holger Poppenhäger.
Turingia, uno de los estados de la extinta Alemania comunista, alberga cada año la mayor cantidad de conciertos de música ultraderechista.
Según datos del ministerio del Interior de Turingia, en este "Land" tuvo lugar una quinta parte de los 68 conciertos de rock de ultraderecha celebrados en 2016.
"Mientras que el número de conciertos nazis se estanca o se reduce en todos lados de Alemania, en Turingia va en aumento", dice el experto en rock ultraderechista Jan Raabe, autor de varios libros sobre el tema.
Raabe explica que este fenómeno tiene causas estructurales. En Turingia, los ultraderechistas están muy organizados y tienen mucha experiencia en organizar festivales.
Para Janine Patz, colaboradora científica del centro de investigación de extremismo, formación democrática e integración social de la Universidad de Jena, las autoridades han sido laxas y permitido que estas estructuras se formasen durante años.
"En los últimos años ha habido muy poca protesta y resistencia contra estos conciertos que se volvieron casi diarios", se queja la política del Partido La Izquierda Katharina König-Preuss.
El mayor desafío lo tendrá el sábado la Policía regional, que tendrá refuerzo de otros seis estados. "Va a ser una misión difícil", reconoció a dpa Patrick Martin, portavoz de la dirección regional de policía de Turingia.
"Vamos a tratar de mantener separadas a las distintas facciones y de escoltar a los participantes de las manifestaciones para que no haya enfrentamientos".
Además, las autoridades municipales están organizando una fiesta popular para dejar claro su postura hacia los extremistas. También habrá un torneo de fútbol y un rezo por la paz. Se estima que unas 2.000 personas marcharán contra los cabezas rapadas.
"¡No dejaremos la ciudad a merced de los extremistas de derecha!", anticipó, por su parte, una alianza a favor de la democracia y la apertura al mundo del vecino Vessra.
Barbara Morgenroth también quiere participar. La mujer de 68 años dice que este festival ha encendido las alarmas en el pueblo, que se está movilizando y planea colgar banderas e instalar carteles para que los neonazis no se sientan a gusto. "Tiene que desaparecer", demanda.
Themar también ha recibido el respaldo del exterior, según el diario regional "Ostthüringer Zeitung". De Australia, Suiza e Israel han llegado mensajes de solidaridad para esta localidad a orillas del río Werra que ha rescatado del olvido a sus habitantes judíos asesinados en campos de concentración y a los que debieron huir durante el nazismo.
El municipio también intentó frenar por medios legales el evento que contará con la actuación de una docena de bandas de rock neonazis, entre ellas las más conocidas de Alemania.
Pero el miércoles las autoridades sufrieron la segunda derrota ante los tribunales, cuando la Justicia falló que el concierto podía tener lugar al ser considerado una manifestación política.
Sin embargo, Themar no quería darse por vencida. Una empresa agraria presentó un recurso de urgencia alegando tener un contrato de arriendo para el campo en el que está previsto el festival, pero la Justicia denegó el recurso y ya no hay impedimentos legales para el evento.
"El hecho de que tenga lugar aquí un concierto como este es un daño para nuestro estado federado, abierto al mundo", declaró el ministro del Interior de Turingia, Holger Poppenhäger.
Turingia, uno de los estados de la extinta Alemania comunista, alberga cada año la mayor cantidad de conciertos de música ultraderechista.
Según datos del ministerio del Interior de Turingia, en este "Land" tuvo lugar una quinta parte de los 68 conciertos de rock de ultraderecha celebrados en 2016.
"Mientras que el número de conciertos nazis se estanca o se reduce en todos lados de Alemania, en Turingia va en aumento", dice el experto en rock ultraderechista Jan Raabe, autor de varios libros sobre el tema.
Raabe explica que este fenómeno tiene causas estructurales. En Turingia, los ultraderechistas están muy organizados y tienen mucha experiencia en organizar festivales.
Para Janine Patz, colaboradora científica del centro de investigación de extremismo, formación democrática e integración social de la Universidad de Jena, las autoridades han sido laxas y permitido que estas estructuras se formasen durante años.
"En los últimos años ha habido muy poca protesta y resistencia contra estos conciertos que se volvieron casi diarios", se queja la política del Partido La Izquierda Katharina König-Preuss.
El mayor desafío lo tendrá el sábado la Policía regional, que tendrá refuerzo de otros seis estados. "Va a ser una misión difícil", reconoció a dpa Patrick Martin, portavoz de la dirección regional de policía de Turingia.
"Vamos a tratar de mantener separadas a las distintas facciones y de escoltar a los participantes de las manifestaciones para que no haya enfrentamientos".