Periodista turco exiliado: A Erdogan le dan igual las críticas
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Berlín. - El periodista turco Can Dündar, ex redactor jefe del diario opositor "Cumhuriyet", duda de que una nueva orientación de la política germana hacia Turquía, como reacción a las últimas detenciones en suelo turco, tenga efecto alguno en el presidente Recep Tayyip Erdogan.
"A Erdogan ya le dan igual las reacciones de Occidente. Protestas o críticas de activistas de derechos humanos o periodistas contra su política ya no tienen importancia para él", comentó Dündar en una entrevista con dpa.
En su opinión, no hay esperanza alguna de cambiar la política turca con solo un llamamiento. Otra cosa es que el Ministerio de Exteriores de Alemania advierta a sus ciudadanos de tener cuidado si viajan a Turquía puesto que eso afecta a la economía turca, dijo el periodista exiliado en Alemania desde el verano boreal de 2016 un día después de que el Gobierno de Angela Merkel decidiera advertir a los alemanes de viajar a Turquía o de invertir en el país.
Esto vale también para el anuncio de replantear los créditos para inversiones y las ayudas económicas, comentó. Sin embargo, la parte negativa de esto es que esta política puede tener efectos sobre la población si los turistas alemanes y los inversores deciden evitar el país en el futuro, agregó.
Para Dündar, es importante que los inversores no se vayan del país, sino que reclamen un Estado de derecho y dejen claro que sin él no se puede invertir.
Cuando el Gobierno turco ofrece a las empresas permanecer en Turquía entonces éstas deberían insistir en la legalidad, afirmó. "Esto es mucho más prometedor que aislar a Turquía", apuntó, consciente de que Erdogan puede usar los efectos negativos sobre la economía turca para su política anti occidental.
En su opinión, Berlín esperó demasiado tiempo para emplear un lenguaje claro con Erdogan. "No sabían cómo debían tratar a un líder político como Erdogan. Era algo nuevo, también para nosotros. Nadie sabe cómo hay que manejar a alguien que de repente empieza a calificarte como nazi o terrorista", explicó.
"Sin embargo, nosotros alertamos al Gobierno alemán de cerrar contratos con el Gobierno turco como el de los refugiados", agregó sobre el pacto entre la Unión Europea y Turquía para limitar la llegada de solicitantes de asilo a las costas europeas.
En su opinión, no hay esperanza alguna de cambiar la política turca con solo un llamamiento. Otra cosa es que el Ministerio de Exteriores de Alemania advierta a sus ciudadanos de tener cuidado si viajan a Turquía puesto que eso afecta a la economía turca, dijo el periodista exiliado en Alemania desde el verano boreal de 2016 un día después de que el Gobierno de Angela Merkel decidiera advertir a los alemanes de viajar a Turquía o de invertir en el país.
Esto vale también para el anuncio de replantear los créditos para inversiones y las ayudas económicas, comentó. Sin embargo, la parte negativa de esto es que esta política puede tener efectos sobre la población si los turistas alemanes y los inversores deciden evitar el país en el futuro, agregó.
Para Dündar, es importante que los inversores no se vayan del país, sino que reclamen un Estado de derecho y dejen claro que sin él no se puede invertir.
Cuando el Gobierno turco ofrece a las empresas permanecer en Turquía entonces éstas deberían insistir en la legalidad, afirmó. "Esto es mucho más prometedor que aislar a Turquía", apuntó, consciente de que Erdogan puede usar los efectos negativos sobre la economía turca para su política anti occidental.
En su opinión, Berlín esperó demasiado tiempo para emplear un lenguaje claro con Erdogan. "No sabían cómo debían tratar a un líder político como Erdogan. Era algo nuevo, también para nosotros. Nadie sabe cómo hay que manejar a alguien que de repente empieza a calificarte como nazi o terrorista", explicó.
"Sin embargo, nosotros alertamos al Gobierno alemán de cerrar contratos con el Gobierno turco como el de los refugiados", agregó sobre el pacto entre la Unión Europea y Turquía para limitar la llegada de solicitantes de asilo a las costas europeas.