PARIS, 21 diciembre 2009 (AFP) -
"Los debates sobre la identidad nacional aparecieron como espacios de liberación de un discurso racista, listo para poner en tela de juicio, de forma insidiosa o explícita, la legitimidad de la presencia en territorio nacional de categorías íntegras de población", indicó la petición impulsada por la organización SOS Racismo.
El 2 de noviembre pasado, el ministro francés de Inmigración e Identidad Nacional, Eric Besson, que en 2007 se pasó del Partido Socialista francés a las filas del gobierno de Sarkozy, anunciaba al lanzamiento de ese debate porque cree que es "necesario reafirmar los valores de la identidad nacional y el orgullo de ser francés".
Pero el debate dio lugar a excesos verbales de responsables del gobierno, convirtiéndolo en una discusión sobre el lugar del islam en Francia, país donde vive la mayor comunidad musulmana de Europa.
"Las declaraciones racistas efectuadas en reuniones organizadas por las delegaciones del gobierno (central) son aún más graves pues el Estado legitima esos pensamientos que no tienen lugar en un espacio público", indicó el texto que figura en la página de SOS Racismo.
"Por eso, señor presidente de la República, le pedimos que ponga fin a esas reuniones" pues de lo contrario "la República que usted representa habrá elegido permitir en su seno y con su consentimiento un debate que romperá por mucho tiempo los fundamentos de nuestra convivencia", concluye la peticion.
Firman el texto Isabelle Adjani, Benoit Magimel, el escritor Bernard Henri Levy, el ex primer ministro socialista Lionel Jospin, la número dos de la alcaldía de París, Anne Hidalgo, el eurodiputado Daniel Cohn Bendit, el compañero del difunto Yves Saint Laurent, Pierre Bergé, y los cantantes, Manu Di Bango y Cali, entre otros.