AFP (Agencia France-Presse)
DOHA. - El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, se entrevistó el domingo con el emir de Catar, el jeque Hamad ben Jalifa Al Thani, durante una visita a Doha para hablar de la posible apertura de una oficina de representación de los talibanes en esa ciudad, antes de eventuales conversaciones de paz.
El mandatario afgano, que abandonó Catar este domingo, habló de "temas de interés mutuo" con el emir, indicó la agencia catarí QNA, sin brindar mayores precisiones.
"Vamos a hablar del proceso de paz, por supuesto, y de la apertura de una oficina para los talibanes en Catar", había dicho a la AFP el portavoz presidencial afgano, Aimal Faizi, antes del viaje de Karzai a Doha.
El presidente afgano había rechazado inicialmente la idea de que los talibanes abriesen una oficina en Doha porque temía que su gobierno se quedara al margen de un diálogo entre los insurgentes y Estados Unidos, pero luego cambió de parecer.
No obstante, como faltan menos de dos años para que la OTAN retire la inmensa mayoría de sus tropas de Afganistán, el gobierno afgano considera que alcanzar un acuerdo de paz se ha convertido en una obligación para evitar que se intensifique la violencia en el país, afectado ya por más de tres décadas de conflictos.
Los talibanes se niegan a negociar directamente con el presidente afgano, al que consideran un "títere" de Estados Unidos. Karzai llegó al poder tras la invasión militar encabezada por los estadounidenses que derrocó a los talibanes del gobierno afgano en 2001.
No obstante, para los insurgentes, "la apertura de una oficina en Catar no está relacionada con Karzai, se trata de un asunto entre los talibanes y el gobierno de Catar", declaró el portavoz talibán, Zabihulá Muyahid. "Nuestros representantes, que ya están en Catar, no van a verlo ni hablar con él", agregó.
Los países que participan en la coalición militar liderada por Washington en Afganistán rechazan la idea de negociar directamente con los talibanes, pero Karzai está buscando soluciones para hacer frente al drástico aumento de los ataques de los insurgentes, apoyados por su retaguardia en Pakistán.
El gobierno afgano ha reiterado que sólo iniciará conversaciones con los talibanes si rompen sus relaciones con el movimiento Al Qaida y renuncian a la violencia. El portavoz de la presidencia afgana añadió recientemente que la oficina de los talibanes en Doha estaría sujeta a estrictas condiciones.
"Solamente podrá ser un lugar donde la oposición armada se siente a dialogar con el gobierno de Afganistán. La oficina no podrá ser utilizada para ningún otro propósito", había dicho Aimal Faizi.
Pakistán, que entre 1996 y 2001 apoyó el régimen talibán en Afganistán, está considerado una parte fundamental en cualquier negociación de paz y su gobierno es favorable a abrir una representación de los talibanes en Doha.
En febrero, los presidentes Karzai y Asif Alí Zardari, de Pakistán, se comprometieron a alcanzar un acuerdo de paz para Afganistán en seis meses, según un comunicado difundido este después de reunirse en el Reino Unido con el primer ministro David Cameron. Las partes también "respaldaron" la apertura de una oficina en Doha "para negociaciones entre los talibanes y el Alto Consejo por la Paz de Afganistán, como parte de un proceso liderado por los afganos" e "instaron a los talibanes a tomar las medidas necesarias para abrir una oficina y entablar un diálogo".