Rosell estimó que el mosaico gigante con los colores de la bandera catalana que realizó el público del Camp Nou antes del último clásico contra el Real Madrid, hace una semana, y los gritos en favor de la independencia de Cataluña no fueron un acto político, sino de reafirmación.
"El Barça no hace política. El Barça reafirma las raíces del club (...) No tomamos partido (...) hacer política hubiera sido hacer un mosaico con la estelada" (bandera independentista).
Rosell desmiente que el club haya servido como caja de resonancia de las reivindicaciones independentistas: "Mientras dirijamos el club, no se utilizará el Barça para hacer política. (...) Dicho eso, reiteramos que el Barça siempre estará al lado de lo que el pueblo catalán decida. Si el pueblo catalán decide independencia, estaremos con el pueblo, pero si se decide que no, también".