Presidente depuesto de Kirguistán renuncia y abandona el país
AFP, Agence France-Presse
El presidente depuesto de Kirguistán, Kurmanbek Bakiyev, llegó al vecino Kazajistán, tras negociar su salida con Estados Unidos y Rusia, entre otros, y presentar su renuncia oficialmente, una semana después de ser derrocado por una revuelta popular en la que murieron 84 personas.
Bakiyev en sus últimos momentos en Kirguistán
Un portavoz del ministerio kazajo de Relaciones Exteriores, Ilias Omarov, informó después a la AFP que Bakiyev había llegado a Taraz (sur de Kazajistán).
Poco después, un portavoz del gobierno provisional kirguiso anunció que Bakiyev había presentado su renuncia.
"Kurmanbek Bakiyev presentó una solicitud de renuncia. Ahora las nuevas autoridades tienen una legitimidad completa", declaró el portavoz a la AFP.
Prueba de la importancia estratégica de Kirguistán, país en el que tanto Estados Unidos como Rusia poseen una base militar, la partida de Bakiyev fue negociada por, entre otros, los presidentes norteamericano Barack Obama y ruso Dmitri Medvedev, según indicó un comunicado de la presidencia kazaja de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
"El 15 de abril, gracias a los esfuerzos conjuntos del presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbayev, del presidente norteamericano Barack Obama, del presidente de Rusia Dimitri Medvedev y a la mediación activa de la OSCE, de la ONU y de la UE, un acuerdo fue logrado entre el gobierno interino de Kirguistán y el presidente Kurmanbek Bakiyev para que éste salga del país", indica el comunicado.
Su partida es "un paso importante hacia la estabilización, hacia el retorno del Estado de derecho y hacia la prevención de una guerra civil en Kirguistán", agrega.
Derrocado la semana pasada después de cruentos enfrentamientos entre los manifestantes opositores y las fuerzas del orden, Bakiyev rehusó varias veces dimitir e irse del país.
Desde su derrocamiento, se había refugiado en el sur del país, y el gobierno interino formado por la oposición lo acusaba de tratar de recuperar el poder por la fuerza.
Las relaciones entre el sur y el norte de Kirguistán son tensas tradicionalmente a raíz de rivalidades clánicas y disparidades económicas, y suscitaban numerosas inquietudes.
El martes, cuando el gobierno interino indicó que había retirado su inmunidad, Bakiyev evocó una posible dimisión a condición de que se garantizara su seguridad y la de su familia.
La jefa del gobierno interino, Rosa Otunbayeva, respondió el miércoles que no aceptaba las condiciones del presidente depuesto, estimando que éste y sus allegados habían derramado sangre y debían rendir cuentas a la justicia por ello.
Dejando a Bakiyev cada vez más aislado, Estados Unidos y Rusia reconocieron de facto al gobierno interino al reunirse con los nuevos dirigentes. El Secretario de Estado adjunto norteamericano para Asia central y meridional, Robert Blake, se reunió en Biskek con Otunbayeva, mientras que el adjunto de ésta, Almazbek Atambayev, fue recibido en Moscú por el primer ministro Vladimir Putin.
Además, Rusia anunció el miércoles una donación a Kirguistán de 20 millones de dólares y que le otorgaría un crédito preferencial de 30 millones para ayudar al país, al borde de la quiebra.