AFP (Agencia France-Presse)
LAHORE. - El jefe de gobierno paquistaní pidió este jueves una "acción inmediata", tras la lapidación de una mujer por haber elegido libremente a su marido, en momentos en que este último afirmaba haber matado a su primera esposa.
El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, pidió a su hermano, el jefe de gobierno de la provincia de Punyab, Shahbaz Sharif, que tome medidas tras el "brutal asesinato" de Farzana Parveen, que tuvo lugar a la entrada del tribunal de Lahore (este), en pleno centro de esta ciudad de más de 10 millones de habitantes.
"Ordeno al jefe de gobierno que lleve a cabo una acción inmediata", agregó el primer ministro paquistaní. "Este crimen es totalmente inaceptable y hay que ocuparse sin demora de este asunto en conformidad con la ley", estimó.
Una declaración del primer ministro paquistaní sobre un tema de este tipo es poco común.
El martes, unos treinta miembros de la familia de Farzana Parveen, de 25 años, la mataron a pedradas por haberse casado con la persona que ella había decidido, pero en contra de la voluntad de su familia.
La joven, que estaba embarazada, se dirigía a un tribunal para testificar contra su familia, que acusaba a su marido de haberla "secuestrado", y declarar que había elegido libremente casarse con él.
Por su parte, el viudo de Farzaba Parveen dijo este jueves a la AFP que había matado a su primera esposa.
"Estaba enamorado de Farzana y maté a mi primera mujer por causa de ese amor", declaró a la AFP Mohamad Iqbal, precisando que la había estrangulado.
Iqbal afirmó que no tuvo que cumplir con su pena de prisión. En efecto, su hijo, que había denunciado el asesinato a la policía, posteriormente lo perdonó, lo cual fue confirmado por un alto funcionario policial.
Controvertidas leyes vigentes en Pakistán permiten, por ejemplo, al autor de un homicidio proponer entregar una compensación financiera (el "precio de la sangre") a la familia para no cumplir con su pena.
Por su parte, grupos de defensa de Derechos Humanos temían que este tipo de disposiciones se pudieran usar para perdonar a quienes mataron a Farzana.
Tras la lapidación, la policía de Lahore había asegurado haber detenido al padre, Mohamed Azeem, y estar buscando a los hermanos y a los tres primos.
El miércoles, activistas de los Derechos Humanos y feministas denunciaban una posible apatía ante esta lapidación, en un país en el que la ley prohíbe los matrimonios forzosos y los "crímenes de honor".
En Pakistán, cerca de 1.000 mujeres o adolescentes son asesinadas cada año por haber "deshonrado" a su familia, según la Comisión nacional de los Derechos Humanos, que denuncia la "impunidad" de los autores de estos actos sobre los que casi ni se informa en la prensa local.
Durante la década pasada entraron en vigencia varias leyes que prohibían los matrimonios forzosos y castigaban los crímenes de honor, pero chocan con costumbres ancestrales o interpretaciones arbitrarias del islam.
Con esta excusa muchos ignoran que en la religión musulmana "una mujer tiene derecho a elegir marido", subrayó en su blog la activista feminista paquistaní Bina Shah.
La lapidación del martes también provocó numerosas críticas en otros países. Así, el ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, dijo estar "conmocionado y horrorizado por la muerte de Farzana Paveen, tanto por la espantosa manera de su muerte como por la indescriptible crueldad de asesinar a una mujer que ejerció el derecho básico a elegir a quien amar y con quien casarse".