Protestas en Irán: ¿Piden más reformas o un cambio de régimen?
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Teherán. – Las protestas en Irán ya duran tres días, pero ni los políticos ni los medios consiguen ponerse de acuerdo sobre qué las ha desencadenado. ¿Se trata, tal como se dijo al principio, de una forma de expresar las críticas por el alto coste de la vida y la política económica del Gobierno del presidente Hassan Rohani? ¿O habría que hacer caso más bien a los eslóganes que se ven en los videos difundidos en las redes sociales, en los que se critica todo el "establisment" islámico del país?
"Yo creo que son ambas cosas", asegura un politólogo en Teherán que debido a la delicada situación prefiere no identificarse. Y de la misma forma opina también el vicepresidente Ishagh Yanguiri, quien cree que detrás de las primeras protestas en Mashad, en el noreste de Irán, estaban los seguidores de la línea dura que quieren debilitar el Gobierno de Rohani. El vicepresidente alertó sin embargo que esta acción podría descontrolarse rápidamente. "Y justo eso es lo que ha pasado", puntualizó el politólogo.
En al menos diez ciudades del país hubo manifestaciones contra el Gobierno. Las consignas "mulás avergüéncense, dejen nuestro país en paz", "queremos recuperar nuestro país" o "muerte a los talibanes" no están destinadas a la política económica de la nación. Así lo afirma también el influyente clérigo iraní Ahmad Jatami. "Eso no tiene nada que ver con reformas o no reformas en el país, sino que apunta a todo el 'establishment' islámico", dijo el ayatolá.
Uno de los focos de las protestas ha sido también la política iraní en la región. Hay gente en Irán los que no comparte desde hace tiempo la política exterior del país. Ni el apoyo a Palestina y otros países árabes como Siria, Líbano o en teoría Yemen. "Somos arios, no árabes", coreaban una y otra vez los manifestantes.
Por qué los iraníes tienen que apoyar a Hamas en Palestina, al presidente Bashar al Assad en Siria, a Hizbolá en Líbano o las milicias hutis en Yemen, se preguntan los críticos. "Ni por Gaza, ni por Líbano, yo sacrifico mi vida por Irán", era una de las consignas de los eslóganes que se escucharon en las protestas. El dinero destinado a esos países árabes debería ser invertido en el país, dicen.
Además, algunos ya no entienden la enemistad con Estados Unidos. Actualmente el único archienemigo de Teherán es Arabia Saudí, supuestamente un "país hermano", que a su vez colabora con Washington y Tel Aviv contra Irán.
En Teherán las protestas suelen calificarse por norma de "conspiración del enemigo" de Irán. "A través de las redes sociales intentan envenenar las mentes de nuestros jóvenes", dijo en Teherán el ayatolá Mowahed Kermani durante el rezo del viernes, que también propuso una solución: bloquear en Internet a todos los críticos del régimen.
Pero también hay políticos en el país que ven las protestas desde un punto de vista más pragmático. El diputado Gholam-Ali Yafarsadeh considera que las protestas están enviando un mensaje que el Gobierno no puede ignorar. No todo se comanda desde el extranjero. El también diputado Mahmud Sadeghi comparte el punto de vista. "Tenemos que enfrentar las demandas de la gente y no escondernos detrás de teorías conspirativas", tuiteó el diputado reformista.
A diferencia de las protestas de 2009 por la presunta manipulación de las elecciones presidenciales, estas propuestas críticas con el régimen no parecen programadas. Según los testimonios de los testigos son espontáneas y en su mayoría son un pequeño número de manifestantes.
Pero los videos de las manifestaciones llegan a un gran número de personas a través de las redes sociales. Muestran pequeños grupos de manifestantes a los que se les ve con puños en alto. Las imágenes están algo borrosas, pero el tono se entiende perfectamente. No obstante, ni los videos ni los testimonios han podido ser verificados de forma independiente.
El presidente Rohani, que afirma estar abierto a las críticas, no se ha pronunciado hasta ahora sobre las protestas. Su ministro del Interior, Abdulrahman Rahmani Fasli, instó a los iraníes a no participar en protestas "ilegales", pues podrían tener que afrontar "problemas innecesarios". El ministerio indicó que analizará las solicitudes de concentraciones de protesta legales.
En al menos diez ciudades del país hubo manifestaciones contra el Gobierno. Las consignas "mulás avergüéncense, dejen nuestro país en paz", "queremos recuperar nuestro país" o "muerte a los talibanes" no están destinadas a la política económica de la nación. Así lo afirma también el influyente clérigo iraní Ahmad Jatami. "Eso no tiene nada que ver con reformas o no reformas en el país, sino que apunta a todo el 'establishment' islámico", dijo el ayatolá.
Uno de los focos de las protestas ha sido también la política iraní en la región. Hay gente en Irán los que no comparte desde hace tiempo la política exterior del país. Ni el apoyo a Palestina y otros países árabes como Siria, Líbano o en teoría Yemen. "Somos arios, no árabes", coreaban una y otra vez los manifestantes.
Por qué los iraníes tienen que apoyar a Hamas en Palestina, al presidente Bashar al Assad en Siria, a Hizbolá en Líbano o las milicias hutis en Yemen, se preguntan los críticos. "Ni por Gaza, ni por Líbano, yo sacrifico mi vida por Irán", era una de las consignas de los eslóganes que se escucharon en las protestas. El dinero destinado a esos países árabes debería ser invertido en el país, dicen.
Además, algunos ya no entienden la enemistad con Estados Unidos. Actualmente el único archienemigo de Teherán es Arabia Saudí, supuestamente un "país hermano", que a su vez colabora con Washington y Tel Aviv contra Irán.
En Teherán las protestas suelen calificarse por norma de "conspiración del enemigo" de Irán. "A través de las redes sociales intentan envenenar las mentes de nuestros jóvenes", dijo en Teherán el ayatolá Mowahed Kermani durante el rezo del viernes, que también propuso una solución: bloquear en Internet a todos los críticos del régimen.
Pero también hay políticos en el país que ven las protestas desde un punto de vista más pragmático. El diputado Gholam-Ali Yafarsadeh considera que las protestas están enviando un mensaje que el Gobierno no puede ignorar. No todo se comanda desde el extranjero. El también diputado Mahmud Sadeghi comparte el punto de vista. "Tenemos que enfrentar las demandas de la gente y no escondernos detrás de teorías conspirativas", tuiteó el diputado reformista.
A diferencia de las protestas de 2009 por la presunta manipulación de las elecciones presidenciales, estas propuestas críticas con el régimen no parecen programadas. Según los testimonios de los testigos son espontáneas y en su mayoría son un pequeño número de manifestantes.
Pero los videos de las manifestaciones llegan a un gran número de personas a través de las redes sociales. Muestran pequeños grupos de manifestantes a los que se les ve con puños en alto. Las imágenes están algo borrosas, pero el tono se entiende perfectamente. No obstante, ni los videos ni los testimonios han podido ser verificados de forma independiente.
El presidente Rohani, que afirma estar abierto a las críticas, no se ha pronunciado hasta ahora sobre las protestas. Su ministro del Interior, Abdulrahman Rahmani Fasli, instó a los iraníes a no participar en protestas "ilegales", pues podrían tener que afrontar "problemas innecesarios". El ministerio indicó que analizará las solicitudes de concentraciones de protesta legales.