Protestas en Mozambique, resultado de un poder sordo a frustraciones
AFP (Agence France-Presse)
JOHANNESBURGO, Isabel Parentohen, (AFP) - Las protestas de los últimos días en Maputo contra la carestía de la vida, en las que murieron 10 personas, revelan la frustración de los sectores urbanos pobres de Mozambique, sin otros canales de expresión ante el partido único que gobierna el país desde su independencia de Portugal en 1975, señalan analistas.
"Parten del principio que los pobres aceptarían la decisión" de aumentar el precio del pan, agrega el investigador, y "fueron tomadas por sorpresa".
El partido en el poder desde la partida de los colonos portugueses en 1975, el Frente para la Liberación de Mozambique (Frelimo), "tendrá que prestar más atención a los jóvenes", muy presentes en las barricadas, "y a ese tipo de pobreza" urbana, indica Joe Hanlon, de la Open University.
En las elecciones de octubre pasado, que ratificaron al presidente Armando Guebuza con una mayoría de 75%, el Frelimo perdió dos de los escaños en Maputo mientras ganaba en popularidad en las zonas rurales.
"Era ya un signo de descontento en la capital", donde los pobres no disponen de los mecanismos de supervivencia de los campesinos, dijo Hanlon.
"El Frelimo sigue siendo extremadamente popular, agregó, pero eso se debe menos a la completa ausencia de la oposición que al hecho de que hubo verdaderos progresos en la Salud y la Educación (...) La gente está orgullosa de que sus hijos puedan ir a la escuela pero tienen los bolsillos vacíos".
Según los analistas, la violencia de los disturbios, como la respuesta de la policía, muestra una crispación del régimen, lejos de los años de apertura democrática que siguieron a la guerra civil (1976-1992).
Un total de 10 personas murieron y 443 resultaron heridas en las protestas contra la carestía de la vida que desde el miércoles se llevan a cabo en Maputo, anunció el viernes el ministro mozambiqueño de Salud, Ivo Garrido.
En ausencia de oposición política fiable, la furia de los pobres urbanos se ha desbordado, explica Jose Luis Cabaco, de la Universidad pedagógica de Maputo.
"Es muy difícil (para el gobierno) reconocer que cometió un error, entonces ha escogido responsabilizar de los disturbios a elementos criminales", dice el analista del ISS, en Pretoria.
Es una política de desarrollo económico la que está en juego.
Pese al crecimiento que se ha registrado desde 1992, el 65% de los 20 millones de mozambiqueños viven bajo el nivel de la pobreza.
"El crecimiento no ha reducido la pobreza y el gobierno lo comprende", dice Cornwell.
Mientras que la pobreza urbana no sea reconocida, el peligro de inestabilidad persiste, advierte el profesor Cabaco: los disturbios "pueden regresar a Maputo".