Recibido por Orban, uno de los principales aliados de Moscú en el seno de la Unión Europea, Putin calificó a Hungría de "socio importante y fiable", asegurando que Rusia hará "todo lo posible" para garantizar las entregas de hidrocarburos a Budapest, muy dependiente del gas ruso.
"Es muy difícil vivir si no hay una cooperación fructífera con los grandes de este mundo", subrayó por su parte Orban en una rueda de prensa junto al dirigente ruso, en una referencia clara a Rusia pero también a los Estados Unidos de Donald Trump.
Partidario declarado de un levantamiento de las sanciones adoptadas contra Rusia a raíz de la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014, Orban subrayó que "no se puede resolver un problema no económico con medidas económicas".
La visita, que coincide con un aumento de la violencia en Ucrania, es la primera del jefe de Estado ruso a un país de la Unión Europea (UE) desde julio de 2016, cuando viajó a Eslovenia.
También es el primer viaje a Europa de Putin desde la investidura del presidente estadounidense, Donald Trump.
El Kremlin espera que mejoren ahora las relaciones con Estados Unidos, así como el levantamiento de las sanciones estadounidenses decretadas en 2014 contra Moscú a raíz de la crisis ucraniana.
En febrero de 2015, el jefe de gobierno húngaro había sido el primer dirigente europeo que recibió al presidente ruso tras la anexión de Crimea por Rusia un año antes.
Este viaje de Putin a Budapest "demuestra las relaciones personales de confianza" entre los dos dirigentes, señaló el Kremlin.
Los dos políticos se han reunido cada año en los últimos seis años, desde que Orban volvió al poder en 2010.