"Me despidieron porque decían que tenía sobrepeso y ya no cabía más en sus prendas", reveló Filippa Hamilton, la modelo cuya imagen fue distorsionada con Photoshop y adelgazada en forma extrema por la firma Ralph Lauren, lo que esta semana provocó un escándalo a nivel mundial.

Así, de manera abrupta, la joven de 23 años vio finalizar su carrera de más de 7 años para la casa norteamericana a la que, según confesó, consideraba "una segunda familia". El conflicto se desencadenó en cuestión de días, cuando en Japón apareció un afiche de una joven altísima y ultra flaca, al punto que la cabeza era más grande que la pelvis. Filippa no dudó en decir lo que pensaba y sostuvo que se sintió "horrorizada al contemplar a una chica súper delgada" con su cara. La misma impresión causó a nivel planetario.

"Creo que es muy triste que Ralph Lauren haya hecho algo así", aseguró la modelo, quien consideró que la firma "le debe una gran disculpa a todas las mujeres estadounidenses". Por si a alguien le quedaba alguna duda, la bella Hamilton dijo sentirse "muy orgullosa" de su figura, que desparrama 55 kilos en su casi metro ochenta.

La marca, como no podía ser de otra manera, salió a intentar detener el segundo escándalo que le estallaba en las manos en una semana e intentó desvincular el tema de la bochornosa campaña del despido de la modelo. Según expresó en un comunicado, la joven luce "hermosa y sana" y la relación con ella se terminó no porque estuviera excedida de peso, sino "debido a su incapacidad de cumplir con sus obligaciones contractuales".

Respecto a la campaña que causó revuelo internacional, la firma admitió su "toda la responsabilidad" y explicó que "se distribuyó la imagen por error y se usó en los grandes comercios de Japón". Pero insistió en que esa falta "no tuvo nada que ver" con la desvinculación de Filippa de la empresa.