Hasta ahora sólo se podía ver a través de rejas oxidadas y de lejos esta famosa ruina romana en la que todavía se ve un estanque rodeado de estatuas y una parte del templo donde las vestales cuidaban el fuego sagrado.
Los estanques y la piedra fueron limpiados y la maleza arrancada, en un trabajo de largo aliento para dar a los turistas la posibilidad de visitar los lugares con toda la seguridad necesaria.
Reclutadas cuando tenían entre 6 y 10 años en las familias patricias de Roma, las vírgenes que residían allí cumplían en honor de la diosa Vesta diversos rituales misteriosos y estaban obligadas a la castidad bajo pena de muerte.
Gracias a un nuevo recorrido inaugurado el jueves, los turistas podrán llegar a la Via Nova, una de las vías romanas más famosas del sitio antiguo de los Foros Imperiales.
"Eso nos gusta mucho, podemos pasearnos fácilmente, es de verdad un bello lugar", dice David, un turista inglés de 34 años mientras que a Hamut, otro visitante proveniente de Hungría, le "hubiera gustado que hubiese objetos o maquetas para comprender mejor como eran los edificios" de la época.
La restauración fue financiada por fondos públicos y privados, una cooperación indispensable, pues el presupuesto del ministerio de Cultura tuvo drásticos recortes en Italia.
"El Estado no debe nunca retroceder ante la responsabilidad que tiene, de darle valor al patrimonio histórico, artístico y arqueológico", indicó Francesco Maria Giro, secretario de Estado encargado de los bienes italianos.
Pero, subrayó, es necesario "gastar adecuadamente" los fondos estatales "para proyectos bien identificados y de calidad".
Estos últimos meses, diferentes edificios, en especial en Pompeya, cerca de Nápoles (sur) se hundieron, provocando una polémica sin precedentes sobre el estado de conservación de los monumentos históricos y de los sitios arqueológicos en Italia.
El miércoles, el ministro de Cultura Sandro Bondi, hecho responsable de los derrumbamientos por no haber tenido éxito en limitar los recortes al presupuesto de su ministerio, escapó a una moción de censura presentada por los partidos de oposición minoritarios en la Cámara de Diputados.
La Unión Europea dio a Italia hasta la primavera (boreal) para formular proposiciones concretas para beneficiarse de nuevas ayudas destinadas a preservar su patrimonio. Pompeya podría también recibir hasta la mitad del financiamiento necesario para su mantenimiento.