ANTANANARIVO (Reuters) -
Las tropas rompieron la habitual neutralidad de las fuerzas armadas, argumentando que querían restablecer el orden en el país estremecido por un enfrentamiento entre el presidente Marc Ravalomanana y el líder opositor Andry Rajoelina.
Ravalomanana instó a los residentes de Antananarivo a que se organicen para repeler el motín y defiendan el palacio presidencial. Pero el embajador estadounidense dijo que un golpe de Estado parecía poco probable.
El peor brote de violencia civil en años ha vuelto difícil saber quién controla el Gobierno y las fuerzas de seguridad. La crisis está afectando el turismo en Madagascar, una industria de 390 millones de dólares.
Muchos en la oposición temen que el presidente recurra a mercenarios para defender su poder, pese a que los soldados amotinados niegan estar recibiendo órdenes de Rajoelina.
"Llevamos tanques a Tana durante la noche. No están en las calles, sino en un lugar secreto", dijo el coronel Noel Rakotonandrasa, un portavoz de los amotinados, quien añadió que era una medida táctica preventiva.
"Están allí para interceptar a cualquier mercenario que llegue aquí", agregó.
La oficina del presidente negó haber llamado a mercenarios extranjeros para atacar al Ejército. Dijo que dos asesores sudafricanos y dos israelíes se encontraban en Madagascar para mostrar a las fuerzas de seguridad cómo usar equipo antidisturbios.
FRENAR AMOTINADOS
Rajoelina, un ex disc jockey de 34 años, ha estado bajo protección de Naciones Unidas desde que huyó para evitar ser arrestado la semana pasada. Llama al presidente  dictador y ha explotado el profundo resentimiento público por el fracaso de Ravalomanana de erradicar la pobreza.
Algunos críticos llaman a Rajoelina un disidente y un alborotador, y los analistas no están seguros de si se ha aprovechado de su suerte o si está impulsado por una ola popular que podría llevarlo al poder.
El líder de los rebeldes se autoproclamó el miércoles nuevo jefe de estado mayor, destituyendo al principal general del país, que les había dado 72 horas, o hasta el viernes, para encontrar una solución o enfrentar acciones militares.
Rakotonandrasa no dijo cuántos tanques habían sido enviados a la ciudad, describiéndolo como un "secreto táctico". También negó versiones de que los rebeldes habían desplegado tropas en las inmediaciones del palacio presidencial y dijo que los rebeldes no tenían intenciones de atacar el edificio.
Sus palabras no parecieron tranquilizar al presidente.
"El presidente apela a las personas de Iavoloha (un suburbio de la capital) a organizarse e impedir todos los movimientos de las tropas amotinadas hacia el palacio, para proteger al presidente y al palacio", dijo un comunicado leído en su emisora privada de radio.
El embajador de Estados Unidos, Niels Marquardt, y otros diplomáticos sostuvieron el jueves conversaciones con los oficiales amotinados.
"Los coroneles ahora a cargo dicen esto lo más claro posible: no vamos a dar un golpe de Estado", dijo Marquardt a Reuters.