AFP (Agencia France-Presse)
BUENOS AIRES. - Con exposiciones, ediciones especiales de su obra, el inicio de un ciclo internacional de Lecturas y Relecturas de Julio Cortázar (1914-1984) e incluso con la reapertura de un café clásico en Buenos Aires, Argentina recuerda este martes los 100 años del nacimiento del autor de "Rayuela".
Como parte de la programación del "Año Cortázar 2014: Cien años con Julio", el ministerio de Cultura argentino empezó las Jornadas Internacionales "Lecturas y relecturas de Julio Cortázar", en la Biblioteca Nacional, donde durante tres días más de 40 escritores, académicos y periodistas debatirán sobre el papel del intelectual nacido en Bélgica el 26 de agosto de 1914.
"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos", dedicó el 'doodle' del martes de Google Argentina, donde el logo del buscador reposa sobre una rayuela con el rostro caricaturizado de Cortázar.
Los homenajes abordan el análisis de "Rayuela" (1963), la relación de Cortázar en el cine y el boxeo, la relación de sus textos con Buenos Aires y la temática política en la obra de este escritor de izquierda, admirado y admirador de Jorge Luis Borges, otro gran literato argentino, pero en las antípodas ideológicas.
Traducido en más de 30 idiomas, este año se han vendido más de 100.000 ejemplares de reediciones de Cortázar en el mundo hispanohablante, donde incluso se sumaron novedades como obras narradas solo con ilustraciones.
"Ilustrar a Julio Cortázar fue un regalo que ya nadie me puede arrebatar", dijo al diario La Nación Emilio Urberuaga, dibujante español que concibió un oso tierno y de color rojo brillante para el cuento "Discurso del oso".
Urberuaga apuntó que no considera que su aporte "sea importante más allá de la imposición de un lector (yo) a otros lectores que probablemente tengan en su cabeza un oso diferente, aunque la vanidad me empuja a creer que algunos tomaron ese oso rojo como propio".
En este año de su centenario, París, ciudad de adopción de Julio Cortázar, rindió en marzo un homenaje con varios eventos organizados que además de reactivar las ventas de su obra en francés también incluyó decenas de rayuelas dibujadas en la calle.
En Buenos Aires, el lunes reabrió el London City, un acogedor café de 1954 que Cortázar inmortalizó en "Los premios", una novela que escribió allí en los años 70.
En una estrecha mesa para dos, arrinconada contra una vidriera que da a la Avenida de Mayo, en pleno centro capitalino, hay ahora una placa de bronce en su honor y un cenicero de acero, abollado por el tiempo y los cigarros del autor.