"Rodar con palestinos fue difícil, pero nadie abandonó"
ENTREVISTA: ANNEMARIE JACIR Cineasta
El País, España
La sal de este mar es una road movie y una historia de amor. La particularidad de este primer largo de la directora Annemarie Jacir es que el país que recorren los dos enamorados es Palestina. "Antes, en el cine, se veía a los palestinos a través de los ojos de los israelíes, y esto está cambiando en parte gracias al cine", dice la directora.
Jacir vive en Amman (Jordania), y desde que acabó de rodar el filme ha intentado volver a su país en seis ocasiones y le han negado el permiso. "Israel controla todas las fronteras y tiene esta política con las personas incómodas", dice la directora.
El filme fue rodado casi por completo en Palestina y con equipo mayoritariamente autóctono por una razón muy concreta: "Sabía que de este modo íbamos a tener más dificultades, pero también que nadie iba a abandonar porque estaban implicadas sus convicciones". La directora no se equivocaba. Les negaron el 80% de los permisos y tuvieron que usar toda clase de subterfugios para poder filmar. "Esto es común a todas las películas palestinas y a la mayoría de actividades más cotidianas. Cada mañana hay un control o un muro nuevo", apunta.
En La sal de este mar se intenta reflejar este mundo hostil y cada vez más menguante. La cineasta reconoce que el resultado no es exactamente la película que ella tenía en mente aunque está satisfecha con el mensaje que transmite: "La sal de este mar es una película sobre la memoria y sobre el sentido de la resistencia".