Roma celebra el esplendor del Renacimiento con Correggio y Parmigianino
AFP (Agencia France-Presse)
Roma, Italia. - Con una exposición en las prestigiosas salas de las Escuderias del Quirinale, Roma celebra la belleza, el talento, la dicha de pintar durante el Renacimiento gracias a dos maestros, Correggio y Parmigianino.
Luz, color, formas, rostros, cuerpos voluptuosos y trazos impecables resaltan en las cerca de 100 pinturas y dibujos de dos magníficos maestros italianos, que según el premio Nobel de Literatura, Dario Fo, "pintaban como colgados del cielo".
Correggio (Antonio Allegri, 1489-1534) y Parmigianino (Francesco Mazzola, 1503-1540), si bien tienen estilos muy diferentes, representan la vitalidad y creatividad que reinaba en el siglo XVI en una ciudad poco conocida, como Parma, en el centro de Italia, de donde llegaron a convertirse en punto de referencia, al contribuir a transformar la historia de la pintura.
Las obras, provenientes de más de 50 museos y colecciones, entre ellas el Prado de Madrid, el Louvre de París y la National Gallery de Londres, sin mencionar los mayores museos italianos, son casi todas iconos de la pintura a través de las cuales el espectador puede comparar y descubrir dos maneras completamente distintas de abordar temas religiosos, vírgenes y mujeres, santos y nobles.
Bajo la curaduría del profesor David Ekserdjian, considerado uno de los mayores expertos en la llamada Escuela de Parma, la exposición es también una experiencia sensorial, gracias a la oscuridad que permite descubrir color y formas, penas y glorias, elegancia y sensualidad.
Entre las obras maestras expuestas del Correggio figuran "La virgen Barrymore", proveniente de la Galería Nacional de Arte de Washington, y el "Retrato de dama" del Museo del Hermitage de San Petersburgo.
De Parmigianino sorprenden la "Conversión de Saúl", del Museo de Viena, el célebre retrato de la "Esclava turca", con su misteriosa belleza, de la Galería Nacional de Parma, y "Antea" y "Lucrezia", del Museo Capodimonte de Nápoles, las cuales cierran el recorrido.
La exposición, que permanecerá abierta hasta el 26 de junio, abre un nuevo ciclo dedicado a la vida artística de ciudades importantes pero desconocidas después de las dedicadas a Roma, Florencia y Venecia.
Correggio (Antonio Allegri, 1489-1534) y Parmigianino (Francesco Mazzola, 1503-1540), si bien tienen estilos muy diferentes, representan la vitalidad y creatividad que reinaba en el siglo XVI en una ciudad poco conocida, como Parma, en el centro de Italia, de donde llegaron a convertirse en punto de referencia, al contribuir a transformar la historia de la pintura.
Las obras, provenientes de más de 50 museos y colecciones, entre ellas el Prado de Madrid, el Louvre de París y la National Gallery de Londres, sin mencionar los mayores museos italianos, son casi todas iconos de la pintura a través de las cuales el espectador puede comparar y descubrir dos maneras completamente distintas de abordar temas religiosos, vírgenes y mujeres, santos y nobles.
Bajo la curaduría del profesor David Ekserdjian, considerado uno de los mayores expertos en la llamada Escuela de Parma, la exposición es también una experiencia sensorial, gracias a la oscuridad que permite descubrir color y formas, penas y glorias, elegancia y sensualidad.
Entre las obras maestras expuestas del Correggio figuran "La virgen Barrymore", proveniente de la Galería Nacional de Arte de Washington, y el "Retrato de dama" del Museo del Hermitage de San Petersburgo.
De Parmigianino sorprenden la "Conversión de Saúl", del Museo de Viena, el célebre retrato de la "Esclava turca", con su misteriosa belleza, de la Galería Nacional de Parma, y "Antea" y "Lucrezia", del Museo Capodimonte de Nápoles, las cuales cierran el recorrido.
La exposición, que permanecerá abierta hasta el 26 de junio, abre un nuevo ciclo dedicado a la vida artística de ciudades importantes pero desconocidas después de las dedicadas a Roma, Florencia y Venecia.