Rusia: Lenín va pasando al olvido, 140 años después de su nacimiento
AFP, Agence France-Presse
Vladimir Ilich Lenín, fundador de la Unión Soviética para los más cultos o simple "estatua" para los más jóvenes, cuyo 140º aniversario se celebra el jueves, va pasando al olvido y deja lugar a Stalin, símbolo de la autoridad del Estado, un tema de moda desde hace unos diez años en Rusia.
Lenin, a la izquierda, con Stalin, a la derecha.
Paralelamente, tres veces más de rusos (36% contra 12%) dan a Iosif Stalin el título de sucesor de Lenín.
"Stalin simboliza las conquistas del imperio soviético y por eso seduce a los rusos más que Lenín", del cual hay todavía más de 16.500 estatuas en Rusia, explicó Denis Volkov, sociólogo del Centro Levada.
Fue en 2000, con la llegada al poder de Vladimir Putin - que buscaba afirmar su autoridad después de los tumultuosos años 1990 - que la popularidad de Stalin aumentó, en detrimento de Lenín, cuya momia sigue en un mausoleo al pie del Kremlin.
"La propaganda estatal abandonó a Lenín, dando preferencia a Stalin, presentado como un líder más fuerte y autor de la victoria de los soviéticos contra los nazis, acontecimiento positivo que es, de lejos, el más importante del siglo pasado para los rusos", agregó el sociólogo.
Pero "la oposición entre los dos tiranos es artificial", estima el analista Valéri Jomiakov, director general de la ONG Consejo de la Estrategia Nacional, para quien "Lenín es el autor del terror rojo que ordenó ejecuciones en masa y preparó los crímenes del stalinismo".
Sin embargo, hasta el fin de la Unión soviética en 1991, la reputación del padre de la revolución bolchevique se mantuvo inalterable, a diferencia de Stalin, cuyo culto fue denunciado en varias oportunidades después de su muerte en 1953.
En la escuela primaria, los niños soviéticos aprendían de memoria poemas sobre el "abuelo Lenín", ejemplo de sobriedad y de altruismo, bajo retratos donde aparecía cuando era bebé, con el rostro radiante bajo sus cabellos rizados y dorados.
Luego en la universidad, el quebradero de cabeza era el eterno enigma del régimen que afirmaba que Lenín, fallecido en 1924, estaba "más vivo que todos los vivos", o aprendían que el examen de su cerebro, cuidadosamente conservado, permitía explicar de donde venía su genio".
"Fue la perestroika la que destronó a Lenín", destacó el politólogo Gleb Pavlovski.
"La nueva Rusia ya no quería que sus orígenes se remontasen a la Revolución de 1917 y quería olvidar a Lenín", agregó.
Revolucionario, antimonárquico, enconado ateo e internacionalista, Lenín no moviliza a las masas en Rusia, contrariamente a Stalin, imagen de un Estado nacional fuerte, destacó este politólogo allegado al Kremlin.
"Al acercarse la presidencial (prevista para 2012), los partidarios de Putin (primer ministro) cultivarán aún más la imagen de Stalin, y la de Lenín irá cayendo en el olvido", estimo Jomiakov.
Si la retirada de sus restos de la plaza Roja y su inhumación provocan aún encendidos debates, Lenín parece haber sido definitivamente enterrado por los jóvenes.
"Lenín es una estatua cerca de nuestro almacén", escribe Dacha, en el primer curso de primaria, durante una prueba escrita organizada recientemente en una escuela moscovita. Para Tania, es un "hombre con un gorro" y para Alexandre "un cosmonauta".