"Nadie tiene ganas de una intervención. A veces incluso parece que rezan para que Rusia y China sigan bloqueando cualquier autorización a una intervención, porque en cuanto se autorice, tendrán que actuar y nadie está dispuesto a actuar", declaró Lavrov, según la agencia de prensa pública Ria Novosti.
"Simplemente tenemos la convicción de que el Consejo de Seguridad de la ONU no debe adoptar más ninguna decisión ambigua, sobre todo desde que nuestros socios se comportaran de forma tan absolutamente insensata con la resolución sobre Libia", añadió.
Rusia es de facto uno de los últimos apoyos del régimen sirio, al que vende armas. Alega que defiende el derecho internacional y teme el caos y el terrorismo en caso de intervención exterior.
Junto con China, Rusia bloqueó hasta ahora todos los proyectos de resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que condenaban al presidente sirio Bashar al Asad.
Moscú permitió en marzo de 2011, absteniéndose al igual que Pekín en el Consejo de Seguridad, la adopción de una resolución sobre una zona de exclusión aérea en Libia. Pero luego acusó a los occidentales de extralimitarse con la intervención que permitió la caída del régimen del coronel Muamar Gadafi.