El texto adoptado esta semana por la Duma (cámara baja) aumenta las penas de prisión por violencias sexuales contra menores, prohibiendo por primera vez que los condenados liberados trabajen a proximidad de niños, y autoriza la castración química del condenado si la víctima tiene menos de 14 años.
El texto debe ser aún aprobado por el Kremlin, pero desde ya Pavel Astajov, representante de la presidencia para los derechos infantiles, consideró que esta ley era un paso adelante para terminar con una forma de negligencia.
La legislación rusa sobre la pedofilia es bastante laxista porque en la época soviética este problema era ocultado voluntariamente, según un ex policía.
"Puedo asegurar que la tasa de crímenes pedófilos era la misma (durante la URSS), pero en la época soviética era imposible ser informado por la prensa sobre esos crímenes, era un 'vicio burgués' inexistente en la sociedad soviética", explicó Yevgueni Vyshenkov, un ex policía que dirige Ayur, una agencia de investigación periodística en San Petersburgo.
Actualmente, la prensa popular y los diarios regionales publican cada día artículos sobre crímenes sexuales contra menores. Por su parte, el comité de investigación de Rusia difunde cotidianamente comunicados relatando los últimos casos.
Las estadísticas oficiales son impresionantes: el número de violencias sexuales contra menores que dieron lugar a una querella se ha multiplicado por 30 entre 2003 y 2010, año en que se contabilizaron 9.500 crímenes de este tipo.
Según el gabinete del representante de la presidencia rusa para los derechos del niño, estos delitos han estallado entre 2010 y 2011, en alza de un 41,2%.
Pavel Astajov denunció como responsable a internet, donde la pedopornografía se ha extendido con total impunidad, afirmando que la policía no trata realmente de combatirla.
"En 2011, el activismo de las fuerzas del orden contra la pedopornografía disminuyó: el número de casos registrados de difusión o fabricación de contenidos pornográficos implicando a menores cayó 38,2%, de 613 a 379 casos, acusó el responsable ruso.
"Debido a la amplia difusión de pedopornografía en internet, el número de crímenes contra los menores aumenta, afectando incluso a lactantes", dijo.
Entre la presunta ineficacia de la justicia y el número creciente de hechos criminales, la prensa popular llegó incluso a alentar las iniciativas privadas para detener a los pedófilos.
El julio, el cotidiano popular ruso Komsomolskaia Pravda relató que una joven de 21 años, Anna Letvchenko, establecía relaciones con pedófilos a través de internet para luego denunciarlos a la policía.
El mismo cotidiano relataba en octubre que un grupo de jóvenes daba cita a pedófilos conocidos a través de la red y les obligaba a confesar ante una cámara sus tendencias sexuales para difundir las imágenes.
Y cuando en 2008, un padre de familia mató a golpes a un hombre que trató de manosear a uno de sus hijos en San Petersburgo, la prensa popular, la Iglesia ortodoxa y varios políticos defendieron al "héroe", que sólo purgó una pena de tres años de detención.