Rusia impulsa reformas y reconstrucción de Siria en Congreso en Sochi
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Sochi, Rusia. - Rusia abogó hoy por impulsar una reforma constitucional y la reconstrucción de Siria tras casi siete años de guerra civil, durante un encuentro de diversos grupos políticos, étnicos y religiosos celebrado en el balneario de Sochi, bajo la sombra de importantes ausencias.
Pese a que el país sigue inmerso en una guerra civil que cumplirá siete años el próximo marzo, el presidente ruso, Vladimir Putin, considera que es el momento de empezar a hablar de un nuevo orden político y de reconstrucción.
Así lo dijo en un mensaje enviado por carta y leído por el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, ante los cientos de asistentes al bautizado como Congreso del Diálogo Nacional Sirio celebrado hoy en la localidad del sur de Rusia a orillas del Mar Negro.
"Las condiciones están dadas para poner fin a un trágico capítulo de la historia de Siria", aseguró.
Durante el encuentro de hoy se escucharon llamamientos para que las naciones occidentales levanten las sanciones contra Damasco para ayudar así a estabilizar el país, un aspecto controvertido por las violaciones de derechos humanos de las que se acusa al Gobierno de Damasco y por otra cuestión: la de determinar qué países participarían en la costosa reconstrucción.
"Sólo los sirios pueden determinar el futuro de su país", añadió Putin en su mensaje leído en el foro, que congregó a diversos grupos sociales, étnicos y religiosos del país, en un intento de crear un nuevo formato de diálogo patrocinado también por Turquía e Irán.
El encuentro se vio sin embargo ensombrecido por importantes ausencias entre los 1.600 invitados iniciales, entre ellos de grupos armados sirios, o grupos kurdos, pero también por la violencia que continúa arreciando sobre el terreno.
Por un lado, las tropas rusas y las sirias están atacando posiciones rebeldes en la provincia noroccidental de Idlib y por otro, Turquía está atacando posiciones kurdas en el norte del país. La guerra, que comenzó con ataques a soldados durante manifestaciones en 2011, está a punto de cumplir siete años y ha dejado más de 400.000 muertos, según datos de la ONU.
Rusia es un aliado del presidente sirio, Bashar al Assad, y con su intervención militar lanzada en 2015 apoya su permanencia en el poder, mientras la oposición armada intenta derrocarlo.
Sin embargo, en las conversaciones de Sochi sólo está representada la oposición más moderada, lo que se denomina "oposición leal", es decir, que no descarta de plano una cooperación con Al Assad, aunque sea de forma transitoria.
La oposición aprovechó su presencia en Rusia para exigir que Moscú deje de apoyar al régimen y de atacar zonas bajo control de la oposición. "Exigimos que los rusos retiren las banderas del régimen sirio y pongan fin a los ataques aéreos contra Idlib", dijo un opositor a dpa en referencia los fuertes combates que tienen lugar allí entre las fuerzas del Gobierno y la oposición.
Otros opositores presentes pidieron un cambio de Gobierno, como Randa Kassis, una política secular que reside en Francia. "Queremos que Siria cambie", señaló, y alertó que no es suficiente con que vuelva a la situación previa al estallido de la guerra.
También el activista de derechos humanos Haitham Manna pidió reformas para "construir una nueva Siria" y llamó a las dos partes a ceder para alcanzar un consenso.
Otro de los representantes de la oposición que acudió a Sochi es Ahmed Yarba, el ex presidente de la Coalición Nacional Siria. Tanto Kassis como Manna o Yarba llevan mucho tiempo activos en política, pero fueron dejados de lado tras la radicalización islamista de gran parte de la oposición armada.
Precisamente la principal plataforma de la oposición armada en las negociaciones de paz, el Alto Comité de Negociaciones (HNC, por sus siglas en inglés), boicotea este congreso en suelo ruso, entre otras cosas en protesta por la actitud inflexible del Gobierno de Damasco en las negociaciones de paz de Ginebra.
Turquía sí llevó a Sochi a algunos sirios cercanos a esa oposición armada, que se negaron sin embargo a participar en los encuentros y prefirieron dejar su representación en manos de Ankara, según la agencia de noticias Anadolu. Tampoco estará presente el principal partido de los kurdos sirios, que Rusia intentó incluir en las negociaciones pero fue vetado por Turquía.
Sin embargo también quedaron en evidencia diferencias entre los más conservadores del Gobierno y los miembros moderados de la oposición. "Nuestra Constitución sólo será escrita por manos sirias en suelo sirio", dijo Ahmed Kuzbari, aliado de Al Assad, excluyendo así a los exiliados.
"Sólo los hijos e hijas de Siria tienen derecho a decidir sobre el futuro de su país", le secundó hoy Mohammed Ghassan al Kala, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio sirias de Damasco. "Nos hemos reunido aquí para decir a todas las fuerzas enemigas: ¡las manos fuera de Siria!", señaló.
La misión del Congreso que se celebra en Sochi, en base a una resolución de la ONU, es impulsar una solución política para Siria, dijo por su parte el negociador ruso, Alexander Lavrentiev.
El enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, participa en las negociaciones, pero la ONU y los países occidentales ven con desconfianza esta iniciativa de Rusia, tras haber gastado mucho dinero en financiar al estado islámico y al frente an Nusra, la rama siria de Al Qaida, con el objetivo de destruir al estado sirio. Se espera que el Consejo de Seguridad de la ONU delibere también hoy sobre la guerra en el país árabe.
Así lo dijo en un mensaje enviado por carta y leído por el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, ante los cientos de asistentes al bautizado como Congreso del Diálogo Nacional Sirio celebrado hoy en la localidad del sur de Rusia a orillas del Mar Negro.
"Las condiciones están dadas para poner fin a un trágico capítulo de la historia de Siria", aseguró.
Durante el encuentro de hoy se escucharon llamamientos para que las naciones occidentales levanten las sanciones contra Damasco para ayudar así a estabilizar el país, un aspecto controvertido por las violaciones de derechos humanos de las que se acusa al Gobierno de Damasco y por otra cuestión: la de determinar qué países participarían en la costosa reconstrucción.
"Sólo los sirios pueden determinar el futuro de su país", añadió Putin en su mensaje leído en el foro, que congregó a diversos grupos sociales, étnicos y religiosos del país, en un intento de crear un nuevo formato de diálogo patrocinado también por Turquía e Irán.
El encuentro se vio sin embargo ensombrecido por importantes ausencias entre los 1.600 invitados iniciales, entre ellos de grupos armados sirios, o grupos kurdos, pero también por la violencia que continúa arreciando sobre el terreno.
Por un lado, las tropas rusas y las sirias están atacando posiciones rebeldes en la provincia noroccidental de Idlib y por otro, Turquía está atacando posiciones kurdas en el norte del país. La guerra, que comenzó con ataques a soldados durante manifestaciones en 2011, está a punto de cumplir siete años y ha dejado más de 400.000 muertos, según datos de la ONU.
Rusia es un aliado del presidente sirio, Bashar al Assad, y con su intervención militar lanzada en 2015 apoya su permanencia en el poder, mientras la oposición armada intenta derrocarlo.
Sin embargo, en las conversaciones de Sochi sólo está representada la oposición más moderada, lo que se denomina "oposición leal", es decir, que no descarta de plano una cooperación con Al Assad, aunque sea de forma transitoria.
La oposición aprovechó su presencia en Rusia para exigir que Moscú deje de apoyar al régimen y de atacar zonas bajo control de la oposición. "Exigimos que los rusos retiren las banderas del régimen sirio y pongan fin a los ataques aéreos contra Idlib", dijo un opositor a dpa en referencia los fuertes combates que tienen lugar allí entre las fuerzas del Gobierno y la oposición.
Otros opositores presentes pidieron un cambio de Gobierno, como Randa Kassis, una política secular que reside en Francia. "Queremos que Siria cambie", señaló, y alertó que no es suficiente con que vuelva a la situación previa al estallido de la guerra.
También el activista de derechos humanos Haitham Manna pidió reformas para "construir una nueva Siria" y llamó a las dos partes a ceder para alcanzar un consenso.
Otro de los representantes de la oposición que acudió a Sochi es Ahmed Yarba, el ex presidente de la Coalición Nacional Siria. Tanto Kassis como Manna o Yarba llevan mucho tiempo activos en política, pero fueron dejados de lado tras la radicalización islamista de gran parte de la oposición armada.
Precisamente la principal plataforma de la oposición armada en las negociaciones de paz, el Alto Comité de Negociaciones (HNC, por sus siglas en inglés), boicotea este congreso en suelo ruso, entre otras cosas en protesta por la actitud inflexible del Gobierno de Damasco en las negociaciones de paz de Ginebra.
Turquía sí llevó a Sochi a algunos sirios cercanos a esa oposición armada, que se negaron sin embargo a participar en los encuentros y prefirieron dejar su representación en manos de Ankara, según la agencia de noticias Anadolu. Tampoco estará presente el principal partido de los kurdos sirios, que Rusia intentó incluir en las negociaciones pero fue vetado por Turquía.
Sin embargo también quedaron en evidencia diferencias entre los más conservadores del Gobierno y los miembros moderados de la oposición. "Nuestra Constitución sólo será escrita por manos sirias en suelo sirio", dijo Ahmed Kuzbari, aliado de Al Assad, excluyendo así a los exiliados.
"Sólo los hijos e hijas de Siria tienen derecho a decidir sobre el futuro de su país", le secundó hoy Mohammed Ghassan al Kala, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio sirias de Damasco. "Nos hemos reunido aquí para decir a todas las fuerzas enemigas: ¡las manos fuera de Siria!", señaló.
La misión del Congreso que se celebra en Sochi, en base a una resolución de la ONU, es impulsar una solución política para Siria, dijo por su parte el negociador ruso, Alexander Lavrentiev.
El enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, participa en las negociaciones, pero la ONU y los países occidentales ven con desconfianza esta iniciativa de Rusia, tras haber gastado mucho dinero en financiar al estado islámico y al frente an Nusra, la rama siria de Al Qaida, con el objetivo de destruir al estado sirio. Se espera que el Consejo de Seguridad de la ONU delibere también hoy sobre la guerra en el país árabe.