Rusia se burla de lo aficionados que eran sus espías canjeados con EEUU

AFP, Agence France-Presse

MOSCÚ, Olga Nedbaeva, (AFP) - Usaban código Morse para transmitir información que era de dominio público y tenían sus fotos en Facebook: la prensa y los expertos rusos no dejan de burlarse de lo aficionados que eran los espías detenidos a fines de junio en Estados Unidos y canjeados el pasado viernes.

Anna Chapman
Anna Chapman
"Esto parece una farsa. O esto no era espionaje, o los espías trabajaban de cualquier manera", resume Mijaíl Liubimov, coronel del servicio de inteligencia exterior, en el diario popular Komsomolskaya Pravda.
Los medios de comunicación rusos se han deleitado con los detalles de las actividades de los diez agentes del Kremlin arrestados en Estados Unidos, que en su mayoría habían cambiado de nombre, y que fueron canjeados el viernes por cuatro rusos acusados de espiar para Estados Unidos y Gran Bretaña.
Por ejemplo: cuando "Juan Lázaro" (en realidad Mijaíl Vasenkov, de nacionalidad rusa) en una ocasión se quejaba ante su esposa, la periodista peruana Vicky Peláez, de que el centro exterior de inteligencia no confiaba en sus informaciones porque no tenían fuente, ella le aconsejaba que pusiera "el nombre de cualquier político" norteamericano como origen de sus datos.
Algunos de ellos hablaban inglés con acento ruso, utilizaban métodos de comunicación arcaicos como el código Morse o la tinta invisible, intercambiaban bolsas color naranja idénticas para entregar pasaportes falsos o enterraban dinero en un parque, marcando el lugar con una botella.
Los agentes organizaban sus citas de tal modo que el FBI consiguió grabaciones de video y audio de sus contactos, y estaban vigilados las 24 horas del día.
Yulia Latinina, cronista de la radio Eco de Moscú, los califica sin miramientos de "red de estafadores internacionales que desfalcaban el presupuesto de Rusia con el pretexto de espionaje".
Entre los agentes había periodistas, amas de casa, pero también la sensual Anna Chapman, de 28 años, con el pelo rojo como una llamarada, cuyas fotos, colgadas en Facebook, han recorrido el mundo, dándole pimienta al caso.
No se sabe a qué tipo de información secreta ha podido acceder la joven ruso-británica, pero sí se tienen detalles de su vida sexual, con fotografías a la vista, lo que ha fascinado a la prensa internacional.
"Fotos en redes sociales, entrevistas, es extraño (para un agente), es lo menos que se puede decir (...). No había profesionalismo", declara Gevorg Vartanian, un ex espía y Héroe de la Unión Soviética, al ser entrevistado por el diario Trud.
"En este escándalo hay demasiada farsa. La historia de la chica James Bond es ridícula, es evidente que no era un espía", subrayó Igor Atamanenko, agente del contraespionaje, en una entrevista para el Komsomolskaya Pravda.
Según él, lo que él califica de "Bollywood" podría haber sido una cobertura para una una red más sólida.
Para otros especialistas, como Vladimir Yefimovich, un ex agente de inteligencia militar, se podría tratar de una acción deliberada para desprestigiar a los servicios rusos.
"Estos espías son ridículos, pero existen. El que los hayan canjeado lo demuestra. Han trabajado mal y van a rodar cabezas" en el SVR (servicio de inteligencia exterior), estima Pavel Felgenhauer, un experto independiente en cuestiones de defensa, interrogado por la AFP.
Para Nikolai Petrov, del Centro Carnegie en Moscú, este caso "surrealista" ilustra una crisis en el seno de los servicios especiales.


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