Salida de niños de las FARC y blindaje de acuerdos acercan la paz a Colombia
AFP (Agencia France-Presse)
Bogotá, Colombia. - El gobierno de Colombia y las FARC tomaron recientes decisiones sobre temas espinosos, como el blindaje jurídico de los acuerdos y la salida de niños y adolescentes de las filas de la guerrilla, demostrando voluntad política y acercándose a la firma de la paz.
Con las más recientes noticias llegadas desde La Habana, sede de las negociaciones entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) desde 2012, la esfera política colombiana ha comenzado a ver como "muy próximo" un acuerdo definitivo de paz.
"Nos acercamos cada vez más a la paz. El acuerdo a que se llegó la semana pasada sobre (...) la implementación y refrendación de los acuerdos, es un avance muy importante. Sencillamente, la garantía de que los acuerdos se van a cumplir", dijo Santos.
"Sacar a los niños de la guerra es otra muestra de que pronto terminará este capítulo doloroso de nuestra historia y comenzará uno nuevo: el de la paz y la reconciliación", aseguró.
En la otra acera, el expresidente y actual senador Álvaro Uribe, férreo opositor a la negociación con las FARC, advirtió estos días que la firma de un acuerdo está "muy próxima" y llamó a hacer "resistencia civil" a lo que se pacte en Cuba.
Para crear esta percepción ha sido necesario que la mesa de negociación comenzara a resolver puntos clave, como los mencionados por Santos.
En primer lugar, se convino en que el futuro acuerdo de paz tendrá rango constitucional y se ajustará al derecho internacional por medio de una serie de trámites legales y protocolos ante organismos internos, como el Congreso, y externos, como Naciones Unidas.
Además, las partes acordaron la salida progresiva de los menores de edad de las filas de la guerrilla, mediante un protocolo que deberá activarse en un par de semanas y también contará con apoyo de Naciones Unidas.
Desde el más cauto ámbito académico, expertos destacaron sobre todo la voluntad política que han demostrado las partes para resolver escollos de importancia, pero piden prudencia al estimar el tiempo faltante para sellar un acuerdo.
"Estamos en el comienzo del final, pero no estamos en el final", dijo a la AFP Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC).
El año pasado, Santos y Timoleón Jiménez (Timochenko), jefe máximo de las FARC, se habían comprometido en un acto público en La Habana a firmar el acuerdo definitivo el 23 de marzo pasado, pero no lograron cumplir ese plazo.
"El acuerdo de desvinculación de los niños es un avance importante porque es una medida de desescalamiento y construcción de confianza que no estaba en la agenda original, y el de estabilidad jurídica resuelve un obstáculo muy serio que tenía la negociación, que era la falta de garantías para las FARC", aseguró Restrepo.
"Esto puede traer más temprano que tarde una culminación de la negociación, pero aún falta acordar el cese al fuego bilateral y los mecanismos de refrendación", dijo.
El analista para Colombia del International Crisis Group, Kyle Johnson, señaló a su vez que se ha demostrado "que hay progreso en temas espinosos" y que, sobre todo el acuerdo relativo a los menores, "indica que hay mucha confianza entre las partes para abordar los temas complejos y avanzar lo más rápido posible".
Sin embargo, tanto para Johnson como Restrepo no será hasta que se defina el punto sobre la dejación de las armas que se podrá decir que es "inminente" la firma de la paz.
El catedrático de la Universidad Externado Jaime Zuluaga coincide en que no se puede hablar de la inminencia de la paz, pero da otra pista que, aunque negativa, podría indicar la cercanía de un acuerdo.
"La situación política actual es muy compleja, con un aumento de tensiones entre factores con intereses a favor y en contra de la guerra, pero es común que a medida que nos acercamos a un acuerdo aumenten las tensiones e incluso las expresiones de violencia. Lo enseñan experiencias internacionales y negociaciones exitosas que tuvimos en Colombia en el pasado", apuntó este experto en guerrilla.
El conflicto armado colombiano, que ha enfrentado a guerrillas, paramilitares, agentes del Estado y grupos narcotraficantes, ha dejado al menos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,8 millones de desplazados.
"Nos acercamos cada vez más a la paz. El acuerdo a que se llegó la semana pasada sobre (...) la implementación y refrendación de los acuerdos, es un avance muy importante. Sencillamente, la garantía de que los acuerdos se van a cumplir", dijo Santos.
"Sacar a los niños de la guerra es otra muestra de que pronto terminará este capítulo doloroso de nuestra historia y comenzará uno nuevo: el de la paz y la reconciliación", aseguró.
En la otra acera, el expresidente y actual senador Álvaro Uribe, férreo opositor a la negociación con las FARC, advirtió estos días que la firma de un acuerdo está "muy próxima" y llamó a hacer "resistencia civil" a lo que se pacte en Cuba.
Para crear esta percepción ha sido necesario que la mesa de negociación comenzara a resolver puntos clave, como los mencionados por Santos.
En primer lugar, se convino en que el futuro acuerdo de paz tendrá rango constitucional y se ajustará al derecho internacional por medio de una serie de trámites legales y protocolos ante organismos internos, como el Congreso, y externos, como Naciones Unidas.
Además, las partes acordaron la salida progresiva de los menores de edad de las filas de la guerrilla, mediante un protocolo que deberá activarse en un par de semanas y también contará con apoyo de Naciones Unidas.
- "El comienzo del final" -
Desde el más cauto ámbito académico, expertos destacaron sobre todo la voluntad política que han demostrado las partes para resolver escollos de importancia, pero piden prudencia al estimar el tiempo faltante para sellar un acuerdo.
"Estamos en el comienzo del final, pero no estamos en el final", dijo a la AFP Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC).
El año pasado, Santos y Timoleón Jiménez (Timochenko), jefe máximo de las FARC, se habían comprometido en un acto público en La Habana a firmar el acuerdo definitivo el 23 de marzo pasado, pero no lograron cumplir ese plazo.
"El acuerdo de desvinculación de los niños es un avance importante porque es una medida de desescalamiento y construcción de confianza que no estaba en la agenda original, y el de estabilidad jurídica resuelve un obstáculo muy serio que tenía la negociación, que era la falta de garantías para las FARC", aseguró Restrepo.
"Esto puede traer más temprano que tarde una culminación de la negociación, pero aún falta acordar el cese al fuego bilateral y los mecanismos de refrendación", dijo.
El analista para Colombia del International Crisis Group, Kyle Johnson, señaló a su vez que se ha demostrado "que hay progreso en temas espinosos" y que, sobre todo el acuerdo relativo a los menores, "indica que hay mucha confianza entre las partes para abordar los temas complejos y avanzar lo más rápido posible".
Sin embargo, tanto para Johnson como Restrepo no será hasta que se defina el punto sobre la dejación de las armas que se podrá decir que es "inminente" la firma de la paz.
El catedrático de la Universidad Externado Jaime Zuluaga coincide en que no se puede hablar de la inminencia de la paz, pero da otra pista que, aunque negativa, podría indicar la cercanía de un acuerdo.
"La situación política actual es muy compleja, con un aumento de tensiones entre factores con intereses a favor y en contra de la guerra, pero es común que a medida que nos acercamos a un acuerdo aumenten las tensiones e incluso las expresiones de violencia. Lo enseñan experiencias internacionales y negociaciones exitosas que tuvimos en Colombia en el pasado", apuntó este experto en guerrilla.
El conflicto armado colombiano, que ha enfrentado a guerrillas, paramilitares, agentes del Estado y grupos narcotraficantes, ha dejado al menos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,8 millones de desplazados.