Samaras contra Tsipras, un duelo de generaciones en las elecciones griegas

AFP (Agencia France-Presse)

ATENAS. - La edad, el estilo, la carrera y por supuesto el programa político: todo separa a los máximos protagonistas de las legislativas en Grecia del próximo 17 de junio, el conservador Antonis Samaras, de 62 años, y Alexis Tsipras, de 37, figura emblemática de la izquierda radical.

Antonis Samaras y Alexis Tsipras
Antonis Samaras y Alexis Tsipras

Samaras, actual dirigente del partido Nueva Democracia, fue a los 26 años uno de los más jóvenes diputados en el parlamento y una estrella del campo conservador antes de caer en desgracia en los años 1990.

Su rival es lo suficientemente joven como para ser su hijo aunque Alexis Tsipras, con dos décadas de experiencia a sus espaldas, ya es casi un viejo lobo de la política griega.

Tras su paso por las juventudes comunistas del KKE a final de la década de 1980, este moreno seductor de estilo distendido ganó sus primeros galones en política a principios de los años 1990, en las protestas de los estudiantes de secundaria contra una reforma para liberalizar al sistema educativo.

A principios de los años 2000 Tsipras, ingeniero de formación, participa en la creación junto a otros pequeños grupos de izquierda de la coalición Syriza, que se diferencia de los comunistas por sus posiciones favorables a Europa.

Diputado desde 2009, Tsipras sorprendió el pasado 6 de mayo al convertir a su partido en la segunda fuerza política del país, aunque tras las elecciones no hubo acuerdo para formar gobierno y se convocaron de nuevo para el próximo 17 de junio.

Su principal rival será el conservador Antonis Samaras, con el que también le separan sus origenes sociales.

Tsipras nació en 1974, pocos días después del final de la dictadura militar, en un barrio popular de Atenas, mientras que Samaras es hijo de una gran familia y su bisabuela fue la novelista Penelope Delta, una figura histórica del patriotismo griego.

Samaras fue ministro de Relaciones Exteriores y en 1992 dejó el gobierno en medio de la polémica por su intransigencia nacionalista en la cuestión de Macedonia, el nuevo Estado creado tras la disolución de Yugoslavia.

Su desaparición de la vida política dura hasta 2009, cuando gana la presidencia de Nueva Democracia, el partido del que había sido excluido durante un tiempo.

A partir de 2010 el jefe de los conservadores lucha con tesón contra las medidas de austeridad del gobierno socialista griego, impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE) a cambio de un primer paquete de ayudas.

Cuando a finales de 2011 se teme que Grecia no podrá pagar su inmensa deuda, Samaras acepta tras largas negociaciones apoyar al nuevo gobierno del ex gobernador del Banco Central, Lucas Papademos, pero pide una revisión del programa de recortes.

Tsipras es un crítico incansable de la austeridad, que considera ineficaz, y tiene pocos amigos en Alemania, un país que amenaza a Grecia con una salida del euro si no respeta las reformas económicas.

En contra de los mercados y de sus socios políticos, Tsipras ya anunció su intención de "anular" el acuerdo con sus acreedores internacionales si gana las elecciones, aunque al mismo tiempo dice que no quiere que Grecia vuelva al dracma, su antigua moneda.

"Nuestra elección no significa que vayamos a salir del euro, al contrario", dijo recientemente en sus visitas a Berlín y París.

Nadie puede prever el resultado de este duelo. En los sondeos de principios de junio, Syriza y Nueva Democracia estaban empatados y ninguno de los dos parece poder alcanzar la mayoría absoluta.



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