En un reciente artículo publicado por el diario francés Le Monde, Avraham Burg, ex presidente del Parlamento israelí, saludó la intención manifestada en mayo por la Unión Europea de imponer una etiqueta distintiva a los productos fabricados en los territorios palestinos ocupados por Israel.

"Los Estados miembros también se comprometieron a excluir los productos de las colonias del régimen de tarifas preferenciales a la importación, instauradas por el acuerdo de asociación entre la UE e Israel", recordó.

Burg admitió que "impedir el etiquetado equivocado de 'Hecho en Israel' a los productos de las colonias, e impedir que esos productos entren a la UE beneficiándose de las tarifas de importación preferenciales puede parecer como una etapa simbólica y menor".

La entidad humanitaria Human Rights Watch (HRW) lamenta que actualmente Europa permita a Israel "mezclar las mercaderías de las colonias ilegales con las del interior de Israel y enviar el conjunto a los mercados europeos sin derechos de aduana".

"En vez de informar claramente sobre el origen de esas exportaciones, Israel se limita a ofrecer los códigos postales de origen. La tarea de identificar la mercadería de las colonias cae sobre los importadores", explicó un experto de HRW, Bill van Esveld.

Incluso, añadió, "algunos de esos productos tienen indicativos falsos de sedes sociales en Israel".

Un caso de etiqueta

A fines de abril, la cadena de supermercados británica Co-Op, que ya no compra productos de las colonias israelíes desde 2009, extendió el boicot al romper sus lazos con cuatro abastecedores, que representaban un volumen de negocios de 430.000 euros.

En mayo, Sudáfrica y Dinamarca afirmaron su intención de indicar al consumidor la procedencia de sus artículos. En tanto, Migros, la segunda mayor red de supermercados de Suiza, anunció que a partir de 2013 a los productos provenientes de "Cisjordania" o "Jerusalén Este" le añadirá: "Zonas de Población Palestina".

Una vez que la ley sea votada en Sudáfrica, "todo supermercado que sea descubierto vendiendo productos de las colonias con etiquetas de 'producto de Israel', será responsabilizado legalmente", dijo Omar Barghuti, que fomenta la campaña en los territorios palestinos.

"El problema es que Israel ha tornado prácticamente imposible boicotear efectivamente los productos de las colonias" ante las dificultades en identificarlos, dijo. "Por eso la campaña se propone boicotear a las empresas que negocian con las colonias", apuntó.

Según Dan Catarivas, director de relaciones internacionales de la federación de empresarios israelíes, "todo lo que es producido en los territorios (palestinos) y que es exportado representa menos de 1% de las exportaciones israelíes".

Sin embargo, Catarivas expresó el temor de que el boicot a los productos de los territorios palestinos sea apenas "una primera etapa hacia el boicot a los productos israelíes".

Esa posibilidad no es descartada por Barghuti. "A medida que la campaña se propague por los dominios de la economía, la cultura, los deportes y las universidades", dijo, "la marca Israel parecerá a los consumidores como más y más tóxica".